Volvemos con la continuación del Daredevil de Chip Zdarsky que, pasado el annual, se centra de nuevo en la trama central de la serie. Unos números que sientan las bases para el futuro inmediato de La Cocina del Infierno

El retorno del mejor Daredevil
La serie del diablo guardián de Zdarsky lleva manteniendo una calidad enorme y continua desde su comienzo. Algo que por desgracia no es lo normal en las actuales series de superhéroes mensuales. Sin embargo, el final del fatídico año pasado nos dejó también un pequeño bajón en la serie. Bajón en forma de un annual que, sin ser un desastre, era un relleno bastante prescindible a priori. Ahora, la serie vuelve a su cauce habitual con dos números que retoman la trama principal, y de qué manera. Recordemos que venimos de la gran batalla por La Cocina del Infierno, que se saldó con la derrota de los mercenarios contratados por los Stromwyn. Y con el aparente final momentáneo de un Daredevil que se entrega a las autoridades dispuesto a ser juzgado por un homicidio involuntario. Homicidio que tuvo lugar al comienzo de esta etapa.
Una de las muchas cosas que esta serie lleva haciendo muy bien desde el comienzo es que no tiene prisa en desarrollar las tramas. Ni en llegar a la confrontación final contra el villano de turno para darnos cinco números consecutivos de tortas sin más. Esta serie no va por ahí. Al contario, Zdarsky da muestra de sus grandes habilidades como guionista cociendo la trama sin pausa, pero sin prisa. Haciendo que cada número valga por sí mismo. De manera que lo que nos encontramos en los dos números que nos ocupan no es la encarcelación rápida de nuestro protagonista, sino la preparación del juicio junto a Foggy Nelson. Y el movimiento de fichas del propio Daredevil para salvar el futuro de su barrio. Consciente, eso si, de que cuando esté en prisión poco podrá intervenir.

Un uso acertado del universo Marvel
Hasta ahora hemos visto desfilar a la mayoría de personajes recurrentes relacionados con Daredevil. Pero no lo habíamos visto interaccionar con nadie externo a su micromundo, aparte de Spiderman, por un simple motivo. No era necesario para la historia. Ahora, las tornas han cambiado y Zdarsky expande un poco más la extensa plétora de personajes invitados con Ironman. Y es que el papel que presuntamente jugará Tony Stark tiene una importancia capital en el devenir de la serie. E imaginamos que volverá a aparecer en algún momento. Otro que se deja caer de nuevo es Spiderman. Uno de los ilustres secundarios que la casa de las ideas suele colocar en sus series estrella.
El lanzarredes comparte un par de escenas con Daredevil. Escenas que vuelven a hacer hincapié en que en esta serie lo importante no son los mamporros, sino la moral y ética que mueve a los personajes. Para acabar con los cameos, al final del decimoquinto número tenemos una nueva aparición de un personaje recuperado de la etapa de Mark Waid. Personaje que no desvelaremos por tema spoilers. Estas apariciones, destacando la de Ironman, se han dado cuando la trama lo ha requerido y no de forma gratuita y por el simple hecho de que viven en la misma ciudad. Por lo que estamos, sin duda, ante un buen uso de la interconexión del universo Marvel. Un uso logico donde pueden aparecer personajes de otras franquicias siempre con un sentido narrativo. Otro punto para Zdarsky.

Marco Checchetto y Francesco Mobili recuperan un dibujo de primera categoría
Si el guion de Daredevil vuelve en su máximo esplendor, el dibujo hace lo propio. En primer lugar con Francesco Mobili en el decimoquinto número del diablo guardián coloreado magníficamente por Mattia Iacono y entintado por Victor Olazaba. Un dibujo muy definido y dinámico que presenta similitudes con el trazo del gran Marco Checchetto. Dibujante, este último que vuelve en el decimosexto número, con color de Mancio Menyz. Checchetto, nuevamente demostrando, que sigue siendo uno de los mayores valores de la serie. En cuanto a las portadas, parece que se consolida el cambio de Totino Tedesco por el propio Marco Checchetto. Cubiertas con colores de dos autores de muchísimo nivel como son Nolan Woodard y Matthew Wilson.
La lectura mes a mes de esta cabecera sigue siendo un disfrute absoluto a todos los niveles y como hemos mencionado, una de las series más sólidas de la Marvel actual. Una cabecera a la que se le pueden llegar a perdonar algunos altibajos como el del annual que recientemente analizamos. Y es que estamos ante una de las cabeceras que están haciendo historia de una manera tan discreta como sólida. Una cabecera que no tardara mucho en ser reivindicada como un clásico moderno y que, sin duda, no deberíais perderos. ¡Nos vemos en la cocina del infierno!

Sobre la edición de Panini de Daredevil
Panini cómics edita estos dos números de Daredevil en su formato grapa habitual. En el interior papel y reproducción de máxima calidad. Como extras una breve sección final con comentarios sobre las nuevas ediciones de Drácula y Factor X por parte de Julián Clemente y Arturo González Campos. También el acostumbrado Spot On. Estas dos grapas corresponden a los números 22-23 de la edición norteamericana original.

Daredevil 15
Edita: Panini cómics
Autores: Chip Zdarsky, Francesco Mobili
Número de páginas: 24 pp
Tamaño: 16,8 X 25,8 cm.
Contiene: Daredevil 22
Formato: Saddle Stitched
Interior: Color
ISSN: 977000557500100015
Precio: 3,00 €

Daredevil 16
Edita: Panini cómics
Autores: Marco Checchetto, Chip Zdarsky
Número de páginas: 24 pp
Tamaño: 16,8 X 25,8 cm.
Contiene: Daredevil 23
Formato: Saddle Stitched
Interior: Color
ISSN: 977000557500100016
Precio: 3,00 €
Daredevil (#15-16)
NUESTRA NOTA - 80%
80%
Bendito retorno
Zdarsky vuelve a la trama principal de la serie tras el annual. El guionista vuelve a estar sobresaliente y recupera el nivel, acompañado de un dibujo y color igualmente sobresalientes.