Panini comics publica Die 1 – Corazones rotos por la fantasía. Primer volumen de una de las licencias más potentes del panorama del comic USA. Un drama de fantasía sin parangón guionizado por el sobresaliente Kieron Gillen

De los superhéroes a la magia y la fantasía
Es una realidad que algunos de los grandes éxitos del mercado norteamericano no nos llegan con la rapidez que querríamos por la sobresaturación del mismo. Uno de los casos más recientes es la obra que analizamos hoy, Die, de Kieron Gillen, Stephanie Hans y Clayton Cowles. Obra cuyo primer número se publicó originalmente en diciembre de 2018 y hasta mitad del año pasado no llegó a nuestras manos en su edición española. Afortunadamente, Panini se ha puesto las pilas y ya tenemos no uno, sino dos volúmenes publicados. Una serie que, sin duda, está a la altura de la buena prensa que se ha ido ganando entre los lectores en todos sus apartados. Desgranemos algo más en profundidad lo que ha dado de sí este primer volumen de la que ya se ha convertido en una de las grandes series de fantasía actual.
Al bueno de Kieron Gillen lo conocemos de sobra por grandes éxitos en series Marvel. Series como: Iron Man, Uncanny X-Men, Young Avengers o Loki: Journey into Mistery, entre otras. Tambien de varias colecciones de la franquicia Star Wars. Pero si se ha convertido en uno de los guionistas más interesantes del panorama es, sobre todo, debido a sus obras más personales en Image. Series como Phonogram y The Wicked+The Divine junto a su mejor aliado, Jaime McKelvie. Los componentes mágicos y de fantasía han salpicado muchas de sus obras de una u otra forma. Ahora, con Die, se aleja de la música, pilar de estas dos obras mencionadas, y explora su faceta más nerd acompañado por el fantástico arte de Stephanie Hans.

Die : el cruce perfecto entre Jumanji y los juegos de rol
Año 1991. Seis amigos se reúnen para jugar una partida de rol. El juego en cuestión, Die, es algo nuevo y rompedor pero una vez comienzan quedan atrapados durante dos años en el vasto mundo ficticio del juego. Veinticinco años después se verán obligados a reunirse de nuevo para volver a Die y enfrentar el trauma que marcó sus vidas. Con esta premisa, que recuerda poderosamente a la fantástica cinta de 1995, Jumanji, Kieron Gillen vuelca toda su imaginería y pasión por el mundo de la fantasía para brindarnos una historia radicalmente distinta a lo que había ofrecido hasta ahora. El autor combina fantasía y realidad, con el trauma como principal punto de anclaje y un conjunto de personajes realmente notable. La obra rinde un homenaje constante a la fantasía rolera y a la literatura de fantasía y ciencia ficción.
Ya sea por las citas que acompañan el inicio de cada capítulo, por los guiños que hacen los personajes en sus diálogos o por la forma de plasmar el mundo de Die. Tanto en su entorno como en su estructura. Y es que el mundo tiene la forma de un dado de veinte caras. El guionista está de vuelta de todo en este ámbito y lo demuestra continuamente. Pero Die no es solo un comic lleno de referencias. Es, y aquí reside lo que la hace tan poderosa, una serie que consigue unir las aventuras y la estética propias del género de fantasía rolera con los problemas propios del mundo real adulto a través de unos personajes rotos y traumatizados, en su gran mayoría. Esta extraña unión entre realidad y fantasía mezclada con el trauma, la amistad y la redención conforma una obra muy especial y con un potencial enorme.

Grandes personajes a la altura de la trama
Gran parte de la calidad de esta obra está en los personajes que plantea Gillen. Pasan de ser unos adolescentes despreocupados a unos adultos marcados por lo que sufrieron en Die, incapaces en muchos casos de superar el trauma y completamente distanciados unos de otros. Gillen trabaja su desarrollo desde la primera página, dándoles trasfondo y motivaciones distintas a todos ellos, mediante flashbacks muchas veces, de manera que cuando vuelven a Die ya se ha conseguido cierto apego con los personajes, que, por mínimo que sea, irá aumentando si el lector queda atrapado en la historia. Gillen juega con las dicotomías joven-adulto, realidad-fantasía constantemente.
Crea así un ambiente muy crudo en el que un grupo de personas se ven obligadas a remar juntos una segunda vez, tras sobrevivir de milagro a la primera. Con el paso de los números se nos irán desvelando algunos detalles de cómo fue esa primera incursión en el juego con lo que se le va dando mucho más cuerpo a la trama y a los personajes. Por otro lado, los protagonistas contrastan intencionadamente con sus homónimos ficticios en lo que se refiere a poderes mientras mantienen sus personalidades intactas. Todos estos pequeños engranajes que plantea Gillen dan como resultado unos personajes complejos con muchas aristas y mucho que ofrecer en lo que está por venir.

Stephanie Hans, la fantástica arquitecta detrás de Die
Una de las pegas que se pone a la serie es el dibujo de Stephanie Hans. La artista francesa ha explotado, sobre todo, su faceta de ilustradora. También la hemos podido ver en varias cabeceras de Marvel y DC haciendo un número aquí y allá sin asentarse en ninguna serie en concreto. Igualmente trabajó junto a Gillen en The Wicked+The Divine, lo que supuso la primera piedra para que acabara encargándose de esta serie. Cierto es que tiene un estilo alejado de lo que podríamos esperar de una serie de acción similar al estilo superheroico, sin embargo, el trabajo de Hans es brillante. Menos dinámico y más pictórico, similar en este sentido a Alex Ross. Una elección muy acertada para reflejar este mundo de fantasía que recuerda en ocasiones a las mejores ilustraciones del género, con una enorme capacidad narrativa y un trazo lleno de detalle.
En cuanto al color, trabaja con dos paletas muy diferentes. Una de colores más fríos cuando nos situamos en el mundo real. La otra de colores más cálidos cuando viajamos a Die, con mucha preeminencia del rojo. Sin duda, Stephanie Hans hace un despliegue maravilloso para acompañar a un guion igualmente notable. Aunque, como mencionamos, no sea un estilo del gusto de todos, empieza con muy bien pie. Estamos ante una propuesta original donde todos los elementos funcionan a la perfección. Un trabajo con unos diseños preciosos que van desde los personajes y su entorno hasta las portadas. Además, la historia es igualmente recomendable y accesible para los amantes del género de fantasía, tanto si el lector está versado en el mundo de los juegos de rol como si no.

Edición y extras del volumen
Panini Comics edita este primer volumen en formato tapa dura sin sobrecubiertas y papel de calidad. Como extras tenemos introducción de Marco Ricompensa y una amplia galería de portadas alternativas espectaculares todas ellas. También bocetos de diseño de los protagonistas y una serie de ensayos finales de la mano de Gillen y Hans. Ensayos donde explican y contextualizan el comic en muchos aspectos y cómo sus vidas y sus gustos han influido en esta historia. Algo similar a los Spot On de las grapas de Marvel, pero en enormes dosis realmente interesantes. Este primer volumen de la serie incluye los números #1-5 de la edición original.

Die 1 – Corazones rotos por la fantasía
Edita: Panini cómics
Autores: Kieron Gillen, Stephanie Hans
Número de páginas: 176 pp
Tamaño: 17 X 26 cm
Contiene: Die 1-5
Formato: Tomo en tapa dura
Interior: Color
ISBN: 9788413345215
Precio: 19,95 €
Die - 1
NUESTRA NOTA - 84%
84%
Maravilloso arranque
Kieron Gillen y Stephanie Hans nos traen una historia de fantasía y trauma con los ingredientes para convertirse en una de las nuevas series de referencia de Image Comics.