Hablamos de Escombros, el estatus de Knuckle, obra del inclasificable Dave Cooper, que ahora reedita Ediciones la Cúpula en formato de tomo con sobrecubiertas. Acompañaremos al pequeño protagonista en una odisea repleta de humor negro y situaciones surrealistas.

Los orígenes de Knuckle
Más de veinte años después de su publicación en grapa, Ediciones La Cúpula ha pensado que era buen momento para acercar a las nuevas generaciones Escombros, el estatus de Knuckle. Abrazamos esta iniciativa, ya que este singular trabajo del canadiense Dave Cooper merecía una reedición. El despliegue de elementos malsanos y desagradables resulta todo un caramelo para los que ya estamos cansados de lo políticamente correcto y añoramos obras más atrevidas. Fantagraphics Books publicó Crumple: The Status of Knuckle de forma seriada en la revista antológica de cómics alternativos Zero Zero.
Ocupó varios números no correlativos publicados entre agosto de 1996 a octubre de 1997. Se recopiló en tomo allá por el año 2000. Esta parodia en clave de ciencia ficción, mezclada con road movie llamó la atención a los editores españoles de La Cúpula. Hernán Migoya, director de La Cúpula y traductor del presente tomo, confiesa que fue todo un descubrimiento. Cooper entraba por los ojos con un estilo medio indie y medio revival del cómic underground de sus comienzos. Perverso, morboso e incluso feista, pero capaz de dejar turulato al más pintado.

Las desventuras de Knuckle
El protagonista, que tiene aspecto de Funko (gran cabeza en comparación al cuerpo) trabaja en una factoría de muñecas. En la primera viñeta lo vemos montando un ejemplar, cuando es interrumpido por el supervisor que le presenta a una nueva recluta llamada Susie. El escenario es una angulosa fábrica en la que gasta sus horas, entre trabajo y almuerzo. Un glory hole en la pared de los baños le descubre una escena subida de tono entre Susie y su supervisor, a la que Knuckle reacciona con una expresión nerviosa. De regreso a casa en el transporte público, somos testigos de la fauna que habita en esta sociedad distópica, muy desagradable. Es lo que le ha tocado.
Dave Cooper nos lleva de la mano desvelando viñeta tras viñeta el entorno irrespirable en el que se mueve Knuckle, con gente que le muestra su antipatía. Vive con su novia gótica, que se le declara lesbiana y decide romper con él. Regresa a su hogar de la infancia con su abuela, una anciana cuya cadera y piernas han sido sustituidas por tecnología robótica. Tras recorrer las calles atestadas de chulos y rameras, Knuckle llega a la casa de su mejor amigo: Zev. Este le propone un viaje a Hollywood para intentar trabajar en la industria del porno. Un lugar donde, dice, el feminismo no existe.

Escombros, locura tras locura
El despechado Knuckle acepta el viaje, pero las cosas no van a salir como ellos esperaban. Desde este punto la historia se convierte en una road movie llena de momentos inesperados. Se dan todo tipo de situaciones extremas con los amigos sufriéndolas en sus carnes. Todo desembocará en una conspiración alienígena de armas tomar. Dave Cooper dinamita el sueño americano, el de la búsqueda de una oportunidad donde el éxito está a la vuelta de la esquina. Aquí solo hay fracaso tras fracaso. Knuckle y su amigo únicamente hallan escombros en vez de encontrar un futuro mejor. El final recuerda al de clásicos como La invasión de los ladrones de cuerpos (Invasion of the Body Snatchers, 1956) o su remake de 1978, nada complaciente con el espectador que busca una resolución feliz.
Si a esta olla a presión le metemos unas gotas de sexo duro, crítica social, cinismo y mucho humor negro y el resultado es una obra diferente a lo que estamos acostumbrados. Excéntrica y estimulante. No apta para todos los paladares. Digna de El víbora o de revistas sin complejos. Dave Cooper nos sirve una historia muy divertida, que se lee de un tirón y que está dibujada a las mil maravillas. Una pena que el canadiense (1967) haya dejado los lápices por la pintura o el cine de animación. Su trabajo en cómics es conciso (Succión, Escombros y Flujo). Galardonado con premios como el Ignatz o el Harvey. Y no nos olvidemos, su prodigioso arte creó a Bender, el robot de Futurama. Solo por eso ya es uno de los grandes.

Sobre la edición de Escombros
Ediciones La Cúpula edita Escombros, el estatus de Knuckle en rústica con solapas a un manejable tamaño de 15,1×20,3 con 124 páginas en blanco y negro. No contiene extras.

Escombros, el estatus de Knuckle
Edita: Ediciones La Cupula
Lanzamiento: Abril 2022
Autores: Dave Cooper
Formato: Rústica con solapas
Tamaño: 15,1 x 20,3 cm
Páginas: 124
Interior: Blanco y negro
ISBN: 9788418809200
Precio: 15,00 €
Escombros, el estatus de Knuckle
NUESTRA NOTA - 85%
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NOTABLE ALTO
Escombros, el estatus de Knuckle, es una obra irreverente, con mucho humor negro donde se relatan las peripecias de dos amigos en la búsqueda del sueño americano, que para ellos se encuentra en la industria del porno de Hollywood. Dave Cooper nos sirve una historia muy bien dibujada que gustará a los amantes del cómic underground.