Hablamos de El Inquisidor, obra en la que Gianfranco Manfredi y Antonio Lucchi construyen a cuatro manos un álbum ambientado en la España del siglo XVII a caballo entre el sobrenatural y el drama existencial.

El inquisidor, transitando –exitosamente– entre dos géneros.
Luis De Santiago, un inquisidor español, escéptico ante todo lo sobrenatural, tiene una dura crisis de fe y de valores. Su actitud tajante ante quienes trasgreden lo que él considera con los valores puros de la iglesia, está llamando la atención del Vaticano. Luis de Salazar, inspector de la inquisición, empezará una cruzada contra Luis. Pero este no será el mayor problema que tenga que afrontar. Después de que el juicio contra Amanda, una gitana acusada de brujería, se tuerza, todo empezará a tomar un cariz oscuro sobre Luis y sus compañeros. Con su mundo patas arriba, Luis, el inquisidor, deberá posicionarse entre lo que le dicta su interior o lo que le muestra sus sentidos.
Sobre una premisa tan interesante, el guionista Gianfranco Manfredi construye su obra El Inquisidor. Manfredi es un auténtico autor todoterreno que ha transitado por multitud de disciplinas artísticas con gran acierto. Actor, agonista, cantante y escritor, lleva en el mundo del cómic desde comienzos de los años noventa. Ha sido el padre de varias series decanas del fumetto que han poblado los kioscos durante décadas. En el inquisidor, y de la mano del dibujante Antonio Lucchi, se lanza a la novela gráfica histórica. Elabora una fábula sobre la fe con toques sobrenaturales ambientada en la España inquisitorial del Siglo XVII. Una novela gráfica con unos personajes sólidos, carismáticos y bien escritos. Un álbum interesante, pero que no acaba de dar el do de pecho. ¿Por qué? Lo explicamos a continuación.

Un guion brillante pero sin continuidad.
Manfredi navega entre dos aguas con El Inquisidor, una obra que se divide en dos mitades tan diferenciadas como opuestas entre si. Pero no consigue construir un puente sólido entre ambas. Si bien la primera mitad de la obra siempre deja en suspenso la posibilidad de que exista un componente sobrenatural, cuando este llega en forma de un inesperado giro de guion, supone un frenazo en seco en el desarrollo del álbum. Todo lo que había conseguido hasta el momento construyendo un magnífico plantel de personajes queda bastante desdibujado. Lo que era un drama existencialista que hablaba sobre la fe, lo que nos hace humanos y sobre como los valores personales pueden prevalecer por encima de todo, se convierte en un cómic de terror.
Pero esta historia de terror no tiene el suficiente espacio como para desarrollarse de manera óptima. Todo acontece de manera precipitada. Y aunque consigue momentos de auténtica tensión narrados de manera magnífica, el lector apenas tiene margen de reacción. Es un caso arquetípico en que dos mitades bien construidas, no consiguen casar entre sí formando un todo homogéneo. Quizás más páginas hubieran conseguido hacer que El Inquisidor tuviera un acabado más redondo a nivel argumental. Y es una pena porque se nota auténtico oficio detrás de toda la obra, tanto a nivel argumental como artístico. Porque en el aspecto gráfico la obra mantiene un nivel bastante alto.

El arte digital como estandarte de calidad indiscutible.
El arte de Antonio Lucchi es un episodio aparte en esta obra. Totalmente realizado en formato digital, consigue acercarse más por su estilo al fumetto clásico que al BD al uso. De una forma deliberada impregna su dibujo con ecos de la pintura europea del siglo XVII. Su empleo de una paleta de colores lánguida da unos resultados magníficos. Destaca sobre todo a la hora de retratar ambientes oscuros en los que a pesar de esa paleta de colores pastel apagados, consigue una claridad máxima. Algunas viñetas, sobre todo las que ocupan media página o más, consiguen una calidad cuasi pictórica. El joven artista también consigue mantener el tipo a la hora de retratar ambientes –se nota la labor de documentación tras la obra– y rostros humanos.
Hay quien ha criticado, injustamente, el dibujo de este álbum argumentando que es nativo digital. Algo desproporcionado ya que, si bien estamos habituados a un tipo de dibujo en el cómic, cuando algo se sale del canon del mismo, no quiere decir que sea necesariamente malo. Otras obras como Lobezno: Origen prescindieron del entintado siendo coloreados digitalmente saltándose ese paso. Esta obra ha optado por un proceso totalmente vertebrado sobre el formato digital. Algo a lo que el lector se acostumbra casi de inmediato. Siempre hay que abrazar la diversidad en un mundo tan rico y lleno de posibilidades como es el del tebeo. Y más cuando los resultados finales son de esta calidad.

Una buena obra, con mas aciertos que fallos
En conclusión, El inquisidor es un álbum que deja una sensación agridulce al lector. Cuando abraza su vertiente más existencialista, consigue construir un drama notable. Lo mismo que cuando se mete de lleno en el terreno de la fantasía preternatural. No obstante, y quizás por haber dividido la obra en dos mitades tan diferenciadas entre sí, la obra no termina de arrancar y no consigue obtener una sensación de unidad o continuidad.
El salto es demasiado brusco, demasiado repentino, y aunque se reconduce el tono a la perfección, cuando esto sucede ya estamos cerca del final de la obra. No obstante, esto no la convierte en una obra descartable ni mucho menos. Son muchos los valores de producción que la salvan. Y es que Manfredi es siempre una garantía de calidad y el dibujo de Lucchi –y su magnífica ambientación de la España del siglo XVII– brilla con fuerza.

Sobre la edición de El Inquisidor
Panini Comics puso a la venta el mes pasado una magnífica edición de El Inquisidor. Con tapa dura, papel satinado y lomo cosido. Una oportunidad única para acercarse al cómic que se elabora en Italia, uno de los grandes desconocidos en nuestro país. Hay vida más allá del BD y del francobelga, productos interesantes como este. ¿Os atrevéis a dar el salto?

El Inquisidor
Edita: Panini cómic
Autor/es: Antonio Lucchi, Gianfranco Manfredi
Fecha de lanzamiento: 25 abr 2019
Páginas: 128
Tamaño: 19.5 X 25.9 Cm.
Formato: Tapa Dura
Interior: Color
ISBN: 9788491678878
Precio: 16,00 €
EL INQUISIDOR
NUESTRA NOTA - 73%
73%
Correcto
Una obra entre dos mundos, el del drama existencial y el terror sobrenatural. Magníficamente narrada, con algún altibajo en su construcción, pero con un oficio enorme tras de si. Un aspecto grafico apabullante, nativo digital, que hara la delicia de los amantes del noveno arte. Unos personajes carismáticos y una ambientación cuidada y respetuosa. Su dificultad a la hora de posicionarse en un genero, pesa, pero no afecta al total.