Hablamos de Bastardos del Bayou 1, comienzo de un viaje por lo más turbio de la Luisiana profunda en compañía de unos personajes tan extremos como carismáticos a cargo de la dupla creativa formada por Armand Brard y Neyef.

Un viaje -extremo- a la Luisiana
Antes de hablar de este Bastardos del Bayou 1, pongámonos en situación. Bienvenidos a Peaux-Brumes, Luisiana. Donde antes que el americano se habla cajún y criollo. En criollo, «Tuer» (matar) se dice y se escribe «Tchwer«; en cajún «Salauds» (cabrones) se dice y se escribe «Saleaux«. Ahí se baila el bookoo y se come con mucho picante. Finalmente, y sobre todo, en el bayou, saben como arreglárselas. Allí, entre sus pantanos, sus casas cochambrosas y sus viejas mansiones sureñas, transitan las agitadas vidas de sus habitantes.
El Reverendo Riley -siempre bien acompañado de su enorme guardaespaldas Chu Chu– un pastor evangelista que nutre las filas de sus Hellfire Angels con todo aquel que regresado del infierno de la droga. El viejo Destranville y sus Caballeros de Luisiana que luchan por perpetuar las «viejas costumbres» evitando que se mezcle la sangre. Eddie, Tee Beau y Chad tres hermanos cuyos turbios negocios son tan parte del lugar como los laboratorios de metanfetamina.

Costumbrismo… a su manera
El Bayou Backyard Wrestling Crew cuyo espectáculo de lucha libre alegra la vida del pantano. Radio Earl que oye a los fantasmas y Aldus el fantasma que es escuchado. Y finalmente Jed y Janette la prueba de que ser pareja no es fácil en el bayou. Todos estos –y algunos más– son los personajes que Armard Brard maneja en su primer guion. La historia es densa, compleja y, muy ambiciosa, como muestra el hecho de mezclar en un solo tebeo relatos sobrenaturales, de crítica social, tramas de narcotráfico, la obsesión por la música, la lucha libre o la dureza de vivir en el pantanos.
El único problema es que la historia es demasiado grande para ser un debut. Eso, unido a su manía de hablar de personajes que el lector desconoce o están fuera de cuadro, hace que en muchos momentos la narración se vuelva muy confusa. Una pequeña pena porque si se hubiera centrado más en unos pocos personajes y tramas, el tebeo funcionaría mucho mejor.

Un inicio prometedor al que le falta -un poco de- garra
Por otra parte, su afán por meter todo tipo de relatos, aunque abruma, también es capaz de captar la atmósfera asfixiante del bayou, mostrándonos así la dureza del pantano muy bien reflejada en unos personajes perfectamente definidos. Pero lo que realmente hace que se siga con verdadero interés la trama y se quede uno con ganas de saber como continúa es el dibujo de Neyef. Su dibujo es muy expresivo, a lo que ayuda sobremanera lo bien que sabe distorsionar los rostros. Su trazo es muy claro, pero de trazo muy claro, muy nítido y muy detallado.
Algo que hace que sepa trasmitir muy bien el ambiente opresivo de Luisiana. La elección del dibujante de usar colores pálidos -como si fueran oxidados- se adapta perfectamente a la atmósfera asfixiante que quiere mostrar con el dibujo, así como los vévés que encabezan cada capítulo son simples pero muy bonitos y efectivos. En definitiva, un comienzo de saga irregular, pero que deja con suficiente buen sabor de boca al lector para seguirle la pista tanto a los personajes como a los autores.

Sobre la edición de Bastardos del Bayou 1
Nuevo Nueve nos presenta Bastardos del Bayou 1 en un tomo en tapa dura, con portada y contraportada en relieve. Excelente papel y reproducción. Como material extra adjunta varios bocetos y portadas de Neyef. También incluye una tracklist de canciones mencionadas por los personajes –que os ponemos justo abajo– y el enlace para descargar la banda sonora del tebeo

Bastardos del Bayou 1
Edita: Nuevo Nueve
Autor/es: Armand Brard, Neyef
Fecha de lanzamiento: Enero 2022
Páginas: 96 pags.
Tamaño: 19 x 27cm
Formato: Cartoné
Interior: Color
ISBN: 978-84-17989-97-2
Precio: 16,00 €
Bastardos del Bayou 1
NUESTRA NOTA - 75%
75%
El bayou es un sitio duro donde la vida es peligrosa, la música lo invade todo y la muerte y los fantasmas acechan en cada esquina. Pero tranquilos, sabemos arreglarnos