Hablamos del tomo Conan el Bárbaro: La Etapa Marvel Original 5. Un volumen en el que J. M. DeMatteis y Bruce Jones recogieron el relevo de los guiones de la serie. Una etapa llena de cambios significativos para el cimmerio.

La salida de Roy Thomas ¿Y ahora, qué?
Antes de hablar de este Conan el Bárbaro: La Etapa Marvel Original 5 un poco de contexto. Tras 115 números –y varios anuales– al frente de la colección regular del cimmerio, Roy Thomas abandonó la serie de manera repentina por disputas con Marvel. El hombre que había aupado al personaje de la nada absoluta –en el ámbito del cómic– a ser un icono pop reconocido a nivel mundial pasaba a guionizar para la distinguida competencia, dejando huérfano Conan. Algo que devino en un cambio más que sustancial y en un baile de guionistas que transitaron por la colección en poco tiempo.
Guionistas que por primera vez en la historia de la colección optaron por aportar aire fresco a los guiones. ¿Cómo? Prescindiendo de adaptar novelas y relatos originales de REH o de otros escritores que hubieran tratado ya con el Cimerio. Una jugada que quizás en manos de otros escritores –porque quienes pasaron por esta etapa tienen su profesionalidad más que contrastada– hubiera podido salir mejor, pero que aquí, y por mero contraste con la etapa de Thomas, no surtió el efecto deseado. Sin embargo, no estamos ante una etapa fallida ni mucho menos, y vamos a desgranar un poco el por qué.

Un cimerio y dos guionistas con visiones bien diferenciadas
Un –por aquel entonces– joven guionista llamado J.M. DeMatteis fue el encargado de recibir el relevo de la colección. Una tarea difícil que decidió abordar adoptando un aire continuista y bastante autoreferencial con los guiones previos de Roy Thomas. El recién llegado adoptó un tono ligero y aventurero que si bien se dejaba leer y entretenía, no mantenía el peso argumental de su predecesor. Aparte de la continuidad con sus contribuciones, sus guiones a veces pecaban de farragosos y pesados. El propio John Buscema mostró su descontento a la propia Marvel y al guionista, que cuando quiso reconducir la serie se vio relevado en el cargo tras poco más de 15 números que sirvieron como bisagra para la etapa de Bruce Jones. Una etapa rupturista con la de DeMatteis que se adentró en terrenos más oscuros para los lectores de la serie.
Proveniente del comic de terror con contribuciones para las revistas Creepy y Eerie y con una carrera paralela como novelista, Bruce Jones decidió darle una –nueva– vuelta de tuerca a Conan. Y es que el escritor acentuó –y mucho– la BRUJERÍA del binomio espada y brujería, dando un tono más terrorífico a la colección y acercándola en parte al tono del propio Robert E. Howard. Sus historias eran realmente dinámicas y mostraban una nueva faz del personaje no vista hasta aquel entonces. Se acomodó más rápido a la serie y su aceptación por lectores, dibujantes y cúpula Marvelita fue más que positiva. Al menos hasta su –inesperado– relevo en el #149 de la serie, tras las que vendrían unos tiempos turbulentos para la serie.

Dos titanes del diseño ayudando a subir el listón
Al frente de la mayoría de números del tomo tenemos a John Buscema que se reparte la carga gráfica junto al siempre sobresaliente Gil Kane. Y es precisamente la presencia de esta dupla –con intervenciones puntuales de un joven Marc Silvestri, de Val Mayerick o de Alfredo Alcalá– la que consiguió darle una sensación de unidad y continuidad a la serie. Y es que Buscema seguía comprometido al 100% con la colección tanto en la serie principal como en La Espada Salvaje. A tal punto que en la etapa posterior a la de Bruce Jones llegaría a figurar como dibujante y guionista en un buen puñado de números. Y en cada viñeta de esta etapa es palpable ese amor al personaje que hace olvidar por momentos las flaquezas de algunas tramas no demasiado memorables.
Kane, por su parte, aporta ese clasicismo al que le añade una pátina de fantasía desbocada que hizo que todas sus aportaciones –anteriores y posteriores– fueran tan apreciadas. Rayana a veces en la psicodelia, su presencia dio a esta etapa un respiro creativo que hizo pensar a muchos en que podría ser un buen sustituto y opositor a la plaza de dibujante fijo de la serie. Algo que por desgracia no sucedió. Los interludios de Mayerick, Silvestri son interesantes y aun cambiando de estilo radicalmente, no quedan como manchas en el cómputo global. Así que podemos decir que el arte gráfico de esta etapa es una auténtica maravilla con dos autores tan diferentes en estilo como imprescindibles en sus aportaciones. Y es que Marvel pensó que si algo no fallaba, ¿para qué cambiarlo?

Barbaridades en tiempos revueltos
En conclusión, estamos ante una etapa que se vio marcada por la marcha repentina de Roy Thomas y un trasiego bastante innecesario de guionistas en muy poco tiempo. En apenas 33 números –y tras más de 100 con un único guionista– pasaron por la serie J.M. DeMatteis, Bruce Jones, Mary Jo Duffy o Alan Zelenetz. Esto le quito coherencia interna a la serie, ya que este trajín se sumó el hecho de que por primera vez los guiones de la serie volaran libres y sin adaptar material literario de REH o escritores de fantasía. Se saltó de la aventura con sabor clásico al terror sobrenatural en una colección que parecía protagonizada por varios Conan diferentes. Y es que tomar el relevo a una etapa tan modélica como querida por los lectores era una tarea difícil.
Sin embargo, degustada por separado, obviando la continuidad y dándole una oportunidad, esta etapa dejaba buenos momentos y mostraba una cara del personaje que no habíamos visto antes. El equipo artístico era de auténtico sobresaliente, con un Gil Kane y John Buscema dando lecciones en cada página y el conjunto general tenía un aire fresco y renovador. El tomo de Panini es largo, pero no sobra una página y deja un excelente sabor de boca al lector si hace la labor previa de dejar el criticismo nostálgico para con Thomas a la puerta. No es la edad de oro del personaje, pero es una etapa rescatable, llena de espada, brujería, momentos brillantes e imprescindible a todas luces para los fans del personaje. ¿Qué más le podemos pedir?

Sobre la edición de Conan el Bárbaro: La Etapa Marvel Original 5
Panini cómics edita este Conan el Bárbaro: La Etapa Marvel Original 5 en un volumen de tapa dura con sobrecubiertas. En el interior papel mate –que le queda como anillo al dedo al material– y reproducción gráfica de máxima calidad. Como material extra abren el tomo tres extensos artículos firmados por el guionista J. M. DeMatteis sobre su relación con Conan. A este sigue uno firmado por Bruce Jones y otro más, esta vez escrito por el siempre interesante Roy Thomas. Adicionalmente, al final de cada número USA se incluye «La página Hyboria» correo de los lectores de la colección original de Conan el bárbaro.
Ya en la parte final del tomo encontramos varias ilustraciones promocionales de Conan. También páginas a tinta, bocetos y sketches de John Buscema y de Gil Kane. Algunos de ellos bastante curiosos que ayudan a ver el proceso de creación gráfica de estos dos legendarios artistas de la casa de las ideas. Para cerrar el conjunto y poner la guinda a un tomo monumental tenemos varios artículos de, nuevamente, Bruce Jones, así como una breve biografía de los autores y alguna portada de los recopilatorios USA. Una buena cantidad de material extra que ayuda a entender una época clave para la serie.
Ficha técnica

Marvel Omnibus. Conan el Bárbaro: La Etapa Marvel Original 5 – ¡El rey del pueblo olvidado!
Edita: Panini cómic
Editorial Original: Marvel Comics
Autor/es: J.M. DeMatteis, Marc Silvestri, Jim Owsley, Roy Thomas, Steven Grant, Val Mayerik, Ernie Chan, Alfredo Alcalá, Mary Jo Duffy, Richard Howell, John Buscema, Michael Fleisher, Alan Zelenetz, Bruce Jones, Gil Kane, Larry Hama, Len Wein
Fecha de lanzamiento: 18 nov 2021
Páginas: 1048
Tamaño: 18,3 x 27,7 cm.
Contiene: Conan The Barbarian 116-149 y Annual 6-9, Conan of the Isles y What If? 39
Formato: Tapa Dura con sobrecubierta
Interior: Color
ISBN: 9788411011648
Precio: 65,00 €
Conan el Bárbaro: La Etapa Marvel Original 5 - ¡El rey del pueblo olvidado!
NUESTRA NOTA - 70%
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NOTABLE
Una etapa de profundos cambios en la serie que, pese a ser denostada o no apreciada por el shock que supuso la marcha de Roy Thomas, esconde historias rescatables y un arte gráfico sobresaliente. No es la edad de oro del personaje, pero es una etapa que sostiene de manera muy digna un notable alto como bandera. Reivindicable y rescatable para todos los amantes del personaje que se la perdieron en su día.