(AVISO: Este artículo contiene spoilers) ¿No os ha pasado alguna vez que os habéis animado a leer un cómic que todo el mundo alaba pero que a vosotros os ha parecido una basura? Seguramente sí, pero pocos son capaces de decirlo en voz alta para evitar que los inquisidores censores de las redes sociales lancen su enésimo ataque. Pues bien, posiblemente el que esté el primero en mi lista sea Daredevil: Diablo Guardián. Un despropósito absoluto y que me causa vergüenza ajena, más aún tratándose de uno de mis superhéroes favoritos.

El trío calavera
Antes de convertirse en editor, Joe Quesada estuvo junto a su amigo y compañero de parranda, Jimmy Palmiotti, a cargo de la línea Marvel Knights. En una época en la que Marvel afrontó la bancarrota y gran parte de la plantilla era despedida, sus compañeros de profesión no acataron muy bien ciertos privilegios que recibieron. Ellos, para intentar congraciarse, organizaron algunas fiestas y solo exigieron la cabecera de Daredevil, puesto que vendía menos de 30.000 unidades y en aquellos años todo lo que bajara de esa cantidad sería eliminado. Como en el tema de los guiones no eran muy buenos por aquel entonces (sirva como ejemplo el desastre argumental de Ash), quisieron traer a alguien de fuera del medio pero que supusiera un bombazo.
Y ese fue el director Kevin Smith, un auténtico friki y lector de cómics. Sin embargo, Smith no se veía capacitado para crear una historia, ya que su idea de que Matt Murdock recobrara la vista ya la usó Scott Lobdell, y aludía que no era Frank Miller (gracias, Capitán Obvio). Jimmy Palmiotti no aceptó muy bien la negativa y le llamó de todo por teléfono. El caso es que le convenció para escribir el guion de Diablo Guardián. Como Kevin Smith no había escrito cómics, les dió dos páginas de sinopsis. Así que reciclaron el método Marvel. Ya sabéis: se hacía la sinopsis de la historia, el dibujante a partir de ello lo creaba todo y una vez estaba finalizado el arte se incluían los diálogos.

Homenajes mal, homenajes fatal
La idea del cómic es intentar hacer una amalgama del Born Again de Miller con el molonismo de la época, añadiéndole una temática más oscura. Y es aquí cuando empiezan las barbaridades argumentales. Nos encontramos con una adolescente virgen que le deja su bebé a Daredevil para que lo cuide, por lo que supuestamente es el nuevo Mesías. Pero al final le terminan comiendo la cabeza a Matt y ahora él quiere matar al bebé de un modo sádico y psicópata porque cree que es el Anticristo. Menos mal que la Viuda Negra andaba por ahí. Además, nuestro héroe es drogado con una sustancia sin olor, sabor, ni nada que sea perceptible por lo que el Doctor Extraño le tiene que desintoxicar.
Luego tenemos a Karen Page, quien tras su época como actriz porno, prostituta y yonki tiene sida. ¿Y qué es lo que se le ocurre hacer? Visitar a Matt y tener sexo. Más tarde una monja le recordaría que el VIH es una enfermedad de transmisión sexual, a lo que Murdock se queda asombrado. Creo que alguien no usó protección. Lo más gracioso de todo es que Matt no culpa del sida a Karen Page y su vida de desenfreno, sino que culpa al bebé. Igual que culpa al bebé de que Foggy tuviera una aventura con una señora rica, le acusen de asesinato y su relación de pareja se resienta. Ya sabéis amigos, si pagáis las consecuencias de vuestros actos, los culpables no sois vosotros, es el Anticristo que se ha reencarnado en un bebé recién nacido. Todo súper congruente y lógico.

Interior de Daredevil: Diablo Guardián
Lo hizo un mago
Muchas quejas con el Anticristo pero bien que junto al Doctor Extraño invocan a Mefisto, es decir, el demonio. No le busquéis la coherencia. El caso es que Bullseye asesina a Karen Page para robar al bebé. Sí, otra vez Bullseye matando a novias de Daredevil. Y si antes mató a Elektra con su sai, ahora lo hace con los bastones del justiciero de la Cocina del Infierno. La muerte es totalmente gratuita y termina siendo una tremenda machistada, consiguiendo que Gail Simone cree el movimiento Mujeres en la Nevera. El nombre se debe a una historia del Green Lantern de Ron Marz, pero la indignación la causó Diablo Guardián.
Al final de todo se rebela que el villano detrás de esto es Misterio. Él fue quien inseminó artificialmente (o sea, violó) a la chica, drogó a Foggy, le dió un falso diagnóstico a Karen y contrató a Bullseye. ¿Y por qué? Básicamente porque se está muriendo y como quería tener un último enfrentamiento con su némesis y Spiderman fue sustituido por Ben Reilly, pues le tocó a Daredevil. Al final el villano se termina suicidando por haber sido poco original como le acusa Matt (incluso en su muerte plagia a Kraven). El bebé es dado en adopción, revelándose al final que es niña (pobre pequeña que se ve que nadie ni siquiera le cambió los pañales para así darse cuenta sobre su sexo) y Daredevil conversa con Peter Parker sobre sus novias muertas. Todo vuelve a la normalidad.

Interior de Daredevil: Diablo Guardián
Daredevil Diablo Guardián: ¿dónde está lo bueno? A ver, que yo lo vea
Ya se llega a un punto en el que da igual como sea el dibujo; el cual me parece bastante normalito salvo por algunas buenas composiciones. Nunca me ha terminado de entusiasmar el trazo de Joe Quesada. Es que la historia no tiene ni pies ni cabeza. La cara que se me quedó leyendo este cómic es un auténtico poema. Quizás en sus cabezas la idea parecía espectacular, pero tiene uno de los peores planteamientos que he leído nunca. Me resulta un insulto a la inteligencia y la coherencia brilla por su ausencia. Sé que soy de las pocas que lo piensa, porque para el resto de gente es una obra maestra, o al menos lo valoran como algo notable y entretenido. Será que estoy loca, aunque mejor le echo la culpa de mi demencia a un bebé aleatorio alegando que es el Anticristo.
Redactora de La Comicteca. Grabo podcasts en A Hideo Kojima Podcast. También tengo un blog sobre cómics. Mutante y vigilante de Gotham City. También me gustan los gatos y el Alavés (sí, son datos intrascendentes).