Diente de oso acerca al lector una historia de tres amigos separados y enfrentados por la segunda guerra mundial. Una serie que fusiona varios géneros y se ha convertido en un referente en su género.

Diente de oso, tres almas y un destino
La Segunda Guerra Mundial es un subgénero en sí mismo dentro del propio género bélico. Un subgénero que ha colonizado prácticamente cada formato existente durante las últimas siete décadas. Y que por el camino ha acabado ofreciéndonos obras maestras en todos ellos. La fascinación que despierta este conflicto trasciende cualquier género o generación. Cine, novela, radio, videojuego, documentales, series de televisión y el propio cómic han sucumbido a este encanto. Diente de oso se encuadra dentro de este último grupo. Una obra maestra ambientada en la segunda gran guerra europea a manos de unos autores de auténtico lujo. Poneos vuestros trajes de piloto, se avecinan turbulencias.
A los guiones tenemos al legendario escritor Marsellés Yann. Un amante de todo lo relacionado con la aviación desde su infancia. Infancia durante la cual veía entrenar los míticos Fouga Magister –reactor francés biplaza de entrenamiento– en su ciudad natal. Y precisamente en ese mismo punto empieza la trama de Diente de oso. Yann narra la entrañable amistad entre tres niños: Max, Werner y Hanna que ansían algún día con surcar los cielos. Este trío verá su destino unido para siempre. Y del mismo modo verán su devenir vinculado al propio cielo. La historia se ambienta en la baja Silesia. Región poblada de judíos polacos, alemanes y checos, en los turbulentos albores de la segunda guerra mundial.

El horror de la guerra visto por Yann
El guionista sitúa el punto de partida en el año 1918. Un momento histórico clave para la moderna Alemania. En ese año el país teutón, sin derecho a crear un ejército del aire, comienza a alistar pilotos con miras a formar futuros soldados arios fanatizados. El gobierno alemán puso el foco en los más jóvenes. Una generación de niños espoleados por el pasado reciente de la derrota en la primera guerra mundial. Esto sirvió como caldo de cultivo para la radicalización ideológica germana y el posterior surgimiento del nazismo. La ubicación elegida por Yann sirve como muestra ideal de ese cisma que sufriría más tarde todo el país. Una zona en la que la población Judía convivia en una prolongada calma tensa con sus vecinos alemanes.
Yann aprovecha para echar una mirada al abismo del sinsentido en el que el origen, la religión o la tendencia política pueden servir como detonante del odio entre un pueblo. Y se sirve de los niños, paradigma de la pureza, para ejemplificar esto. Ya que se detiene en contarnos la infancia y adolescencia del inseparable trío protagonista. Y como este va poco a poco separándose hasta quedar en posiciones ideológicas antagónicas. El guionista brinda una historia llena giros, rizos y aros dobles como los que hacen los numerosos aviones de la obra. Y ofrece, al menos en el primer arco de la serie, una obra tremendamente humana y llena de aventuras. Esto cambiaría en el segundo arco de la serie.

Una serie partida en dos sagas bien diferenciadas
Y es que Diente de Oso está dividida en dos arcos claramente diferenciables. Cada uno de ellos consistente en tres álbumes. El primero de estos arcos se sustenta sobre los tropos clásicos del tebeo bélico. Una saga en la que las batallas aéreas, las intrigas militares y un ligero componente romántico vertebran la historia. Prácticamente una serie costumbrista con ecos del cine de los años cincuenta y sesenta. Este primer tramo se apega más al componente histórico real del conflicto. Un auténtico deleite para los seguidores de este tipo de álbumes. Es con el cuarto álbum de la serie, AMERIKA BOMBER, cuando Yann da un radical giro de 180 grados . Algo que sorprendería a propios y extraños convirtiendo diente de oso en una ucronía.
A partir de este momento, la serie pasa a ser una ucronía bélica al uso. Algo similar a lo que Jean-Pierre Pécau y Fred Duval llevaron a cabo en su estupenda colección Dia D. Sin dejar atrás ese componente humano tan importante en la obra de Yann, Diente de oso evoluciona. Y sitúa la trama en los esfuerzos del protagonista por impedir que Alemania detone una cabeza nuclear sobre Nueva York. La ciencia ficción hace su aparición y el componente histórico riguroso queda a un lado. Esto en parte empañó el trabajo de los primeros álbumes, que se habían convertido en una referencia en el género. Las ventas se resintieron y esto llevó a que la colección cerrase tras el sexto álbum.

Rigor histórico contra ucronía
Yann arriesgó y en este caso esa maniobra extrema resultó en un fiasco. Y no por que este segundo arco no fuera válido, ni mucho menos. Artísticamente tanto el dibujo como el guión, eran más que sólidos. Henriet y su compañera Usagi, forman un equipo artístico de dibujante y colorista totalmente compenetrados. Recogen con precisión fotográfica el ambiente de las diferentes épocas en las que se ubica la historia. Ambos otorgan tintes de auténtica superproducción a Diente de oso. Tanto en la reproducción del primer como el segundo arco, más imaginativo a nivel visual. Dotan de cuerpo a esta trágica historia de un modo poco menos que impecable.
El problema fue haber tocado techo en unos tres primeros álbumes impecables para no seguir por ese camino después. Quizás si este segundo arco hubiera sido publicado con otros personajes y como historia aislada sin relación al mundo de diente de oso, hubiera triunfado. Pero el agravio comparativo jugó en su contra. Y la conclusión de esta saga se nota alejada del espíritu marcado en su origen. Aun con todo, estamos ante una colección terriblemente entretenida y escrita de manera brillante. Una serie con un trasfondo que va mucho más allá del género bélico y que supone una radiografía al espíritu humano.

Algo más que aviones y batallas
Yann habla en Diente de oso sobre las promesas de la infancia y el valor de la amistad. Sobre el desastre completo de la guerra, y las diferentes caras de la condición humana cuando son puestas al límite. Sobre si la ideología está por encima de todo lo demás y si la sinrazón puede con la lógica. Y coloca estos temas en un escenario de espionaje, aventuras, romanticismo y belicismo heroico que convierten a la obra en un referente obligatorio para los amantes del cómic y de la segunda guerra mundial. Una obra en dos actos bien diferenciables pero igualmente válidos si el lector sabe contextualizarlos como dos piezas independientes.
Norma Editorial es la encargada de editar en nuestro país Diente de Oso. Una labor que completaron hace algunos meses con la publicación de «SILBERVOGEL» sexto y último álbum de la serie. Todos estos volúmenes han sido editados en tomos con tapa dura, sin sobrecubierta y con papel de máxima calidad. Y, hasta el momento, no están descatalogados.
DIENTE DE OSO
NUESTRA NOTA GLOBAL DE LA SERIE - 80%
80%
¡VUELA ALTO!
Una buena serie más pegada el cómic bélico en su primer arco y a la ucronía en su segundo tramo. Sólida mezcla de amor, humanismo y guerra con un apartado gráfico más que sólido. Yann nunca decepciona y este comic no es la excepción. Puede que no sea la coleccion definitiva del género, pero engancha y tiene mas profundidad que otros albumes ambientados en el mismo conflicto.
Fundador de esta pequeña gran familia que es La Comicteca. Amante del noveno arte desde que aprendí a leer. Lector y escritor en proporciones variables y según el momento. En mitad de todo lo que sea cultura popular.