Hablamos de El pintor forajido, un vistazo a la vida del pintor y paisajista Lazare Bruandet a manos del historietista Frantz Duchazeau ambientado en la época del terror que siguió a la revolución francesa.

Pintar en tiempos revueltos
Tras una jornada de caza en el bosque de Fontainebleau a finales de 1787, el Rey Luis XVI declaro de manera jocosa a su camarilla que tan solo había encontrado en el lugar algunos jabalíes y a Lazare Bruandet. Algo que no era inusual, ya que el artista –uno de los pioneros del paisajismo moderno– encontraba en aquel paraje un remanso de paz en el que inspirarse a la hora de llevar a cabo sus pinturas. Aquel bosque, más concretamente la Ermita de Franchard, también le serviría años después como refugio tras ser acusado del asesinato de su pareja. Un episodio oscuro de su vida que sirve como epicentro a la obra que hoy reseñamos; El pintor forajido.
Frantz Duchazeau, autor de la obra –y de quien analizamos hace poco la interesante En pie los muertos – recurre de nuevo a uno de los terrenos en los que más cómodo se mueve, el de la recreación histórica de un periodo. Algo que ya hizo con la notable Mozart en París y la ya citada En pie los muertos. En esta ocasión pinta un fresco del periodo conocido como el “El terror” acaecido entre 1793 y 1794 en una Francia todavía convulsa por los acontecimientos de una revolución que todavía intentaba asentarse de manera firme… y sangrienta. Un marco tan turbio como el carácter de su protagonista, el pintor parisino Lazare Bruandet.

Envoltorio de lujo para un interior delicado
Gráficamente, tenemos a un Frantz Duchazeau que abraza su vertiente más caricaturesca, a la que agrega una capa de abigarramiento y oscuridad que refleja lo turbulento del periodo histórico retratado. No son pocos los guiños al propio Lazare Bruandet en su reflejo de los paisajes, momentos en los que firma algunas de las viñetas más bellas del tomo. Del mismo modo, su recreación de la Francia revolucionaria es veraz, llena de vida y deja entrever una profusa documentación gráfica previa. Narrativamente solida, la obra tiene una puesta en escena clásica de cuatro filas en la tradición del BD más purista. Pero este tomo no solo brilla en su estupendo apartado gráfico.
Porque es en su retrato del protagonista, en la construcción de un personaje complejo, donde Duchazeau pone toda la carne en el asador. No da pinceladas amables sobre Bruandet, ni lo posiciona como héroe o villano. Lo expone como un personaje atormentado que arrastra demonios de un pasado doloroso que condiciona un presente incierto. Su talento como pintor y esgrimista está al nivel de su carácter desagradable, en constante huida hacia delante en busca de una paz que nunca parece llegar. Y es este viaje a ninguna parte donde nosotros como lectores somos testigos del portento creativo de la obra. Una obra compleja y con más de una lectura.

La pasión como motor a lo más alto –o todo lo contrario–
Porque Frantz Duchazeau nos deja una obra que funciona a varios niveles tanto narrativos como temáticos. Un trabajo que necesita de más de una lectura para sacarle todo el jugo y que gana –y mucho– en un segundo escrutinio. No son pocas las obras que han tratado sobre el tropo del artista y el talento como maldición en lugar de como don, pero pocas como esta han sabido exponerlo de una manera tan contundente sobre las viñetas. El pintor forajido agarra al lector y le agita hasta casi desmontarle con una visión íntima sobre como la pasión es capaz de consumirnos y despojarnos de todo cuanto tenemos.
Y es que Bruandet es un personaje dominado por la pasión por el arte en su estado más puro, lejos del reconocimiento académico y la pompa. Un personaje vehemente, con su espada, su verbo y su pincel, que solo encuentra descanso cuando pinta y tormento cuando sus demonios personales le manejan, llevado por su alcoholismo y carácter explosivo. Y esa pasión es la que impregna cada página de este volumen que muestra la cara más amarga del proceso creativo y como este a veces puede conducir nuestra vida al desastre. Una lectura apasionante que nos descubre mucho más que la cara desconocida de un artista.

Sobre la edición de El pintor forajido
Ponent Mon publica El pintor forajido en un tomo de tapa dura sin sobrecubiertas. En el interior papel y reproducción gráfica de máxima calidad. No incluye extras.

El pintor forajido
Edita: Ponent Mon
Lanzamiento: Mayo 2022
Autor/es: Frantz Duchazeau
Formato: Cartoné
Tamaño: 21,6 x 28,6 cm.
Páginas: 96 pags.
Interior: Color
ISBN: 978-84-18309-29-8
Precio: 22,00 €
El pintor forajido
NUESTRA NOTA - 85%
85%
NOTABLE
Una visión del artista como pocas veces se da en el noveno arte. El talento como don y perdición a manos de un autor en estado de gracia que ahonda en el proceso creativo como maldición y en el artista como víctima de sí mismo. Compleja, oscura y gráficamente desbordante, estamos ante un trabajo brillante que roza lo sobresaliente por momentos.