En el artículo de hoy hablaremos de La Boda de Pícara y Gambito, el que es mi enlace Marvel preferido. Una unión que nos pilló a todos por sorpresa, que se anunció como el casamiento de otra pareja, pero que al final nos dió como resultado la culminación del amor de dos de los mutantes favoritos del público.

No todo lo anterior a Hickman fue basura
Antes de hablar sobre La Boda de Pícara y Gambito un poco de contexto. Durante prácticamente una década, los mutantes estuvieron de capa caída, con colecciones que no atraían a nadie. Dicen las malas lenguas que Marvel pretendía denostar a los mutantes, puesto que Disney no tenía los derechos y potenciar a los Inhumanos. Casualmente, a los pocos días de la compra de Fox, se anunció que Jonathan Hickman sería cargo de la franquicia de los X-Men con un exitoso relanzamiento. Muchos llaman a estos años como la generación perdida mutante, debido a su baja calidad. Sin embargo, a mi parecer hay algunas cosas sueltas que sí merecen la atención. Hoy me gustaría dedicar esta entrada a un suceso concreto del X-Men Gold #30.
Pero antes vayamos por partes. Y es que aunque nos vamos a centrar en la boda que fue, la de Pícara y Gambito, realmente el enlace matrimonial que se iba a celebrar era el de Kitty Pryde con Coloso. Y voy a ser sincera, esta pareja no me gusta nada por el subtexto de pederastia que tiene. Kitty ingresó a la Patrulla-X con 14 años, mientras que Piotr tenía 19. Aunque seguramente no mantuvieran relaciones sexuales, sí hubo besos y acercamientos. A mí no me importan las diferencias de edades, siempre y cuando ambos sean mayores de edad y maduros mentalmente. Obviamente, Kitty no lo era. Afortunadamente, Jim Shooter cortó esta relación en las Secret Wars, haciendo que Coloso se enamorara de una alienígena que le sanó.

Las pistas estaban ahí
Este número está escrito por Marc Guggenheim y dibujado por David Márquez. Los días anteriores a la boda veremos a Kitty con ciertas dudas sobre su futuro matrimonio, por lo que cuando finalmente Piotr le pone el anillo, entra en fase y se va. Le quiere mucho, pero no se ve preparada para casarse. Pero hablemos de nuestra pareja favorita. Recordemos que en la miniserie Pícara y Gambito: Anillo de Fuego, de Kelly Thompson y Pere Pérez, ambos volvieron a retomar su relación. Ya desde el inicio del número, Gambito va lanzando señales, como cuando dice: “Toda la emoción de esta boda me da pensamientos románticos, Pícara” o halagos hacia el físico de su pareja. Tras la espantada de Kitty, los invitados aprovechan para seguir con el banquete. Y es ahí cuando viene una conversación clave.
Mientras hablan sobre lo sucedido, ella considera que puede que sea una afortunada noticia el que Kitty y Coloso no se casaran, ya que si las cosas entre ellos no estaban destinadas a funcionar, es mejor que ocurriera ahora que dentro de unos años. Y dice: “El matrimonio es duro. Requiere algo más que amor. Requiere una necesidad. Una sensación de que preferirías no seguir viviendo a pasar otro día separados”. Todavía me dan escalofríos al leer esto. No cabe duda de que sea el momento perfecto. Estaban sus amigos, tenían al sacerdote, su relación estaba más fuerte que nunca… ¿Y qué mejor manera de casarse para un ladrón que “robándole” la boda a otros? Además, esta página es doblemente impactante por lo bien ilustrada que está.

El paso a paso de una petición sublime
Al principio está él, en primer plano, reflexionando. Después, el dibujante amplía ese plano y le da una nueva perspectiva, aunque sigue enfocado en él, vemos la silueta de Pícara. Y tras lo comentado por Tormenta, vemos que la figura que está nítida es la de Pícara, no la de Gambito. Es la mujer que ha amado durante años, la que le ha hecho mejor hombre y la única capaz de entenderle. Tanto a él como a nosotros se nos vienen a la mente decenas de escenas de ellos dos juntos durante estas últimas décadas. Y todos sabemos qué es lo que tiene que pasar. Es en este momento cuando él dice “Tienes toda la razón”. En una página sentimos todos los pensamientos que está procesando Remy y en la siguiente decide lanzarse con la frase “Prefiero no seguir viviendo a malgastar otro día”.
Se acerca a ella, se arrodilla mientras la coge de la mano y vemos cómo Pícara señala que esto es una locura mientras está visiblemente emocionada. Pero él es Gambito, ¿acaso no le conoce ya? Aun así, parece todo preparado para la ocasión y los anteriores novios les dan la bendición para que aprovechen. Ella, casi con lágrimas en los ojos, responde: “No puedo creer que estés haciendo esto… Pero no podría ser más feliz por ello. Sí quiero”. Lo digo en serio, quien no se emocione por esto no tiene corazón. Ya están comprometidos, ahora llega el momento de casarse.

Amor eterno en la boda de Pícara y Gambito
Los votos de Gambito reflejan perfectamente su personalidad, pero también su noble corazón: “Para mí, no es tanto un voto-mis promesas nunca han valido mucho, de todos modos-sino una afirmación. Te amo con cada parte de mí, Anna Marie. No siempre he sido un buen hombre. Pero hemos pasado por un infierno y me ha cambiado. Tú me has cambiado. Ves en mí al hombre que espero ser. Y ese es mi voto para ti… Ser siempre digno de tu amor y respeto”. Por otra parte, es el momento de la novia: “Remy… Tú y yo hemos pasado por mucho. Nos hemos enfrentado a desafíos que otras parejas nunca tuvieron que hacer frente. Pero siempre seguimos encontrando caminos de regreso el uno al otro. Así que eso es lo que te prometo… Que sin importar lo que pase, siempre encontraré el camino de regreso a ti”.
Finalmente, el número termina con ambos besándose y siendo declarados marido y mujer. Sinceramente, creo que los números previos de la colección estaban orientados a que terminara de esta manera. Después de todo su romance desde los 90, lleno de altibajos –y de algunas pifiadas editoriales-, con bellos momentos, pero otros muy mal escritos, un autor decide hacer justicia con la pareja aprovechando que Kelly Thompson los volvió a unir. Un gran trabajo y una gran sorpresa, pese a que en su momento levantó mucha polémica. Pero considero que con los años ha envejecido muy bien y una vez se alejó la tormenta de los haters furibundos, nos queda un gran número para el recuerdo. No dejaré de emocionarme nunca con él. Una oda al amor y al romanticismo bellamente ejecutado, tanto a nivel narrativo como artístico.
