Hoy os traemos la reseña de La Tetería del Oso Malayo editada en nuestro idioma por Astiberri. Un fantástico compendio de relatos imprescindible a cargo del maestro David Rubín.

El oso Sigfrido y su tetería
Todos tenemos una historia a nuestras espaldas de la que poca gente se entera realmente. Problemas familiares que afectan tanto a padres como a hijos, desamores y rupturas, recuerdos que nos matan por dentro, reproches a uno mismo por haber actuado mal… Y la vida, por desgracia, no es como un cuento con final feliz. Muchas veces hay que sobrellevar los fatídicos desenlaces como podamos. Y eso es duro. Por eso muchas veces necesitamos que una persona se siente a escuchar nuestras desavenencias y problemas. La obra que comentaremos hoy es de esas capaces de hacernos emocionar en cada uno de los relatos que la componen. Porque este es un tebeo que brilla por la calidez humana y la empatía que desprende. Es fácil que nos podamos llegar a sentir identificados en algún momento de nuestras vidas. Se trata de La Tetería del Oso Malayo, del siempre magnífico David Rubín.
Esta novela gráfica nace como una recopilación de varios relatos escritos y dibujados por David Rubín para la revista Dos veces breve. Muchos de ellos han sido retocados para esta edición. Además incluye páginas e historias inéditas que completan aún más la historia. Como resultado dándonos un tebeo con un aroma a cotidianidad, soledad, confusión, amargura, desamor y dolor. ¿Y acaso ese batiburrillo de emociones no forma parte de la vida? El punto en común es Sigfrido, un oso que regenta una tetería. Aunque no es solo un lugar donde tomar té y licor de café, sino también un consultorio psicoanímico en el que todos los personajes que pasan por allí cuentan sus desventuras y vivencias. Todo esto sirve para que Rubín haga un despliegue de todo su talento, mostrándonos distintas temáticas, géneros y estilos en cada uno de los capítulos que componen el tomo.

La magia de ilustrar la crudeza de la vida
A la hora de afrontar esta reseña estaba en duda si analizar cada historia una a una o no. Finalmente, deseché la idea porque me parece algo mágico poder disfrutarlas por primera vez, soltar algunas lágrimas al llegar a sentirte representado en ciertas situaciones y darte cuenta de que no somos los únicos a los que nos suceden desgracias. Porque cuando nos sucede algo malo, pensamos que somos las personas más desafortunadas del mundo. Pero eso no es cierto. Nuestros problemas, por muy grandes que sean, ahora mismo lo están sufriendo muchas personas alrededor del mundo. En este sentido, Rubín consigue apelar a nuestras emociones y recuerdos con cosas totalmente cotidianas en diversos personajes, que van desde hombres normales y comunes a superhéroes basados en Batman y Superman o en seres antropomórficos. El dolor de una ruptura, la culpabilidad, la pérdida, el miedo… Todo se da cita aquí.
Conseguir con unas cuantas páginas que alguien llore sin tener que recurrir a la sensiblería barata y fácil, merece todos los elogios posibles. Acertar tan de pleno a la hora de retratar las situaciones, llegando a parecer que están sacadas de nosotros mismos o de alguien de nuestro entorno, hablar sin necesidad de crear bocadillos con palabras en algunas páginas… Todo esto es magia. A nivel gráfico, todas las páginas gozan de un impacto visual muy fuerte y tremendamente atractivo para nuestros ojos. Son dinámicas y vistosas. A veces pensamos que unas imágenes sean llamativas depende mucho del color. Sin embargo, en este cómic todo es en blanco y negro, haciendo uso de la tinta y cambiando el espesor para realizar unas composiciones sublimes. Y no se echa en falta en ningún momento a esa fantástica paleta de color del autor que tantas veces nos ha deslumbrado en sus obras.

Sentimientos reales sin artificios
Tengo conocidos que a la hora de puntuar cómics hacen uso de “la regla del llanto”. Consistente en que, si una historia les hace llorar, pasa automáticamente a tener un 10. El problema es que muchos autores buscan el objetivo de hacer llorar al lector adrede y para ello buscan crear la atmósfera idónea para dar rienda suelta a las lágrimas; dejando de lado aspectos tan importantes como el realismo, la coherencia narrativa, la ilustración u otros factores. Rubín en ningún momento cae en esto. Los tebeos pueden ser empleados para emocionar al lector y para transmitir sensaciones; como hacen la música, la literatura o el cine. En La Tetería del Oso Malayo es una reacción natural. David nos agarra de la mano y nos acompaña en todos esos relatos para que volvamos a sentir y a tener empatía con los personajes en vez de empujarnos y llevarnos a rastras.
Por último, me gustaría hablar del protagonista que sirve de ancla para todas las diégesis narradas: el oso Sigfrido, dueño de la tetería del oso malayo. Hace algo que hoy día se ha perdido y muy pocas personas hacen: saber escuchar y ponerse en el lugar de los demás. Vivimos en una sociedad cada vez más egoísta que ignora a aquellos que están pasando por una mala racha e incapaz de poder ofrecer un mínimo de consuelo y ayudar. Sigfrido me parece un ejemplo a imitar y de cómo deberíamos ser con las personas que nos rodean o que simplemente vemos sufrir. A veces, algo tan sencillo como ofrecer una bebida caliente y sentarte a oír atentamente los problemas de las personas, puede ser una de las mayores muestras de apoyo. Quizás cuando volvamos a esas costumbres recuperaremos la humanidad que se ha ido perdiendo por el camino.

Sobre la edición de La Tetería del Oso Malayo
Astiberri edita La Tetería del Oso Malayo en un tomo en formato rústica con solapas en blanco y negro. Cuenta con un total de 184 páginas y su precio es de 18 €. Además, también se puede adquirir en su versión en digital por tan solo 5 €, un auténtico regalo. También la podemos encontrar la obra en gallego, bajo el título de O Salón de Té do Oso Malaio. Esta edición cuesta 20 € y la lanzó al mercado Demo Editorial.

La tetería del oso malayo
Edita: Astiberri
Autor/es: David Rubín
Formato: Rústica con solapas
Tamaño: 17 x 24 cm.
Páginas: 184 pags.
Interior: Blanco y negro
ISBN: 978-84-935385-1-4
Precio: 18,00 € Edición papel
Precio Ed. digital: 5,00 €
La Tetería del Oso Malayo
NUESTRA NOTA - 95%
95%
Maravillosa
La Tetería del Oso Malayo, pese a ser una de las primeras obras de David Rubín, puede llegar a ser considerada una obra maestra. Se percibe la evolución de un autor que no deja de reinventarse y aprender; pero eso no quita todo el talento que tiene y que ha sabido demostrar cada año de su exitosa carrera. Un tebeo imprescindible, con un gran valor artístico y narrativo y que no dejará a nadie indiferente.