Hablamos del tomo Lobezno: Blanco, negro y sangre. Un volumen a gran formato protagonizado por el mutante de garras de adamantium preferido de los lectores. Multitud de historias en blanco y negro y rojo sangre salpicarán a los lectores que se acerquen a ellas. ¡Snikt!

Un «gran» experimento a gran tamaño que va a ampliarse con Matanza
Es recomendable detenerse en lo que cuenta Bruno Orive en los artículos que abren y cierran el tomo Lobezno: Blanco, negro y sangre. Artículos donde nos cuenta que Marvel ha dado la oportunidad a Lobezno y a Matanza de protagonizar este experimento estilístico donde los colores se ausentan. Exceptuando el blanco, negro y rojo. No es algo nuevo en cierta manera, tal y como cuenta el propio Orive. Y es que la distinguida competencia ya hizo lo propio con Batman en Black & White. O incluso la misma Marvel durante los noventa lo intentó con Marvel: Shadows and Light o Shadows & Light. Pero mejor que le leáis a Bruno , porque merece muy mucho la pena los datos que aporta como contenido extra del tomo.
Lo curioso del asunto, aparte del color que ya comentaré más adelante, es el gran tamaño del tomo. Llevando sus dimensiones a unos respetables 23,4 x 33 cm. Algo destacable comparándolo con los 16,8×25,8 de un cómic normal en formato grapa. Aunque no llega al tomo que reseñó mi compañero Javier Torrezno de Loki Hermanos de Sangre. Tomo que se fue ni más ni menos que a los 25,5X35,5 cm. Telita la cosa. Algo que queda impresionante a la hora de degustar en esta ocasión a Lobezno y la particular versión que cada dibujante quiere expresar. Así que habrá que ver próximamente lo que habrán hecho con Matanza, porque desde luego el uso del rojo vista la naturaleza del personaje, puede ser epica.

Lobezno: Blanco, negro y sangre; cantidad de autores para historias cortas y autoconclusivas.
No estamos en este tomo ante una historia única con un guionista y un dibujante. Ni tan siquiera de dos o tres de los mencionados. Si no de cuatro números americanos, los cuales se distribuyen en tres historias cada uno con diferentes autores. Así que a excepción de Declan Shalvey que ejerce de autor completo, nos encontraremos con guionistas como Chris Claremont reencontrándose con un personaje que conoce muy bien, Gerry Duggan, Saladin Ahmed, Donny Cates o Ed Brisson entre otros guionistas. En la parte del dibujo a Adam Kubert (que es de quien se ha elegido la grandísima y acertada imagen de portada de este tomo), Greg Land, Salvador Larroca, Jorge Fornés, Jesús Saiz y Palo Siqueira entre otros dibujantes.
Una mezcolanza que hará como en estos casos que algunas historias se nos queden más en la retina que otras. Cada uno con su estilo propio por supuesto. Donde nos encontraremos a Lobezno enfrentándose a Hydra, Dientes de Sable, Dama Mortal, Wendigo o Mística entre otros. Llevándonos a multitud de localizaciones tales como Budapest, la Tierra Salvaje, Oregón, Madripur, Tokyo, Singapur, etc. Es lo bueno de tener historias cortas de cinco páginas, ya que la facilidad de lectura y de pasar de una aventura a otra se hace sin descanso y sin que llegue a haber un ápice de aburrimiento en ninguna de ellas. De ahí que podamos ver momentos clave en la vida de Lobezno como el Proyecto Arma-X (que es el que inicia este tomo).

El efecto sangre.
Es predominante, por supuesto. De ahí que se vea en multitud de detalles de cada página. Pero no sólo en la sangre en sí. Si no en gafas que llevan algunos personajes, monitores, cabinas telefónicas, onomatopeyas o vestidos entre mil y una cosas. Aunque es evidente que cuando más efecto hace es en las garras de Lobezno, en su propio cuerpo o en el de los demás. Pero el conjunto de todo ello queda muy eficiente y espectacular visualmente. Como he comentado al principio de este artículo, habrá que leer «Matanza. Blanco, Negro y Sangre» (el cual estará a la venta este mismo mes de Octubre). Porque ahí, si con Lobezno ha quedado impresionante, puede ser que tengamos que coger algún que otro pañuelo para quitarnos de la cara el color que tango le gusta al enemigo de Spider-Man.
Es extraño, porque podría haber sido una curiosidad más este experimento de color (que realmente lo es en sí), pero da un resultado tan bueno que dan ganas de más. De ver a más personajes con este estilo y diversidad de autores reflejándolo. Con algunos más se podría probar. ¿Punisher? ¿Masacre?. Está claro que no todos son aptos para esto, pero los que hay sí que podrían probar con ellos. Echad un vistazo a Lobezno: Blanco, negro y sangre. Tiene algunas splash-page para quitarse el sombrero e historias que se ve que los autores han estado acertados con este tono. Hasta me arriesgaría a decir que algunas de ellas se encuentran entre las mejores del mutante de garras de adamantium, que no es poco ni mucho menos.

Sobre la edición de Lobezno: Blanco, negro y sangre
Panini Comics edita este Lobezno: Blanco, negro y sangre en un tomo a gran formato. Más concretamente las de 23,4 x 33 cm. Aparte de incluir diversas portadas de la edición americana con distintos tamaños. Con artículos al principio y al final de Bruno Orive. Así como un resumen de los autores que intervienen, contando resumidamente su recorrido.

Lobezno: Blanco, negro y sangre
Edita: Panini Comics
Editorial Original: Marvel Comics
Autor/es: Adam Kubert, Declan Shalvey, Chris Claremont, Joshua Cassara, Gerry Duggan, Matthew Rosenberg, Salvador Larroca
Páginas: 136
Tamaño: 23,4×33
Contiene: Wolverine: Black, White & Blood 1-4
Formato: Tapa blanda
Interior: Color/ Blanco y negro
ISBN: 9788411010023
Precio: 19,95€
Lobezno: Blanco, Negro y Sangre.
NUESTRA NOTA - 80%
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LOBEZNO SANGRIENTO
Grata sorpresa la de este tomo. Multitud de pequeñas historias de cinco páginas de diversos autores. Algunas gustarán más y otras menos, pero en general ofrece un gran entretenimiento y algunas de ellas son fabulosas. Con un efecto el de blanco, negro y rojo (sangre) que queda muy impresionante en multitud de momentos. Ya no digamos cuando el dibujante de turno nos ofrece alguna que otra splash-page. Muy recomendable.

Algunos devoran almas, otros hamburguesas, a mí me dio por los cómics a tierna edad y ahí sigo.
Igual leyendo a un hombre trepar paredes, blandir un martillo mágico, o ser un maestro del disfraz en una agencia secreta, lo que acababa en mis manos ahí iban mis ojos.