
Lobezno, de secundario de lujo a gran estrella
A día de hoy es impensable imaginar a Marvel sin Lobezno. Un personaje que se ha convertido en el preferido de fans tanto en gran pantalla como en papel. Pero ¿De donde salio este canadiense malhablado? Lobezno nació como un personaje secundario en la colección del Increíble Hulk. Su primera aparición tuvo lugar en la última página del número 180 de la colección del gigante esmeralda en 1974. Obra del guionista Len Wein y el dibujante Herb Trimpe. Diseñado por el legendario dibujante John Romita la carrera del personaje podría haber empezado y acabado con ese breve cameo. Algo, que, por otra parte, sucedía con la mayoría de secundarios de relleno. Pero la visión de un guionista cambió la suerte del mutante canadiense para siempre.
La casa de las ideas quiso resucitar en 1975 la colección de la Patrulla-X. Para ello encargó la tarea al tándem de guionistas formado por Len Wein y Chris Claremont. Marvel pretendía renovar la serie con caras nuevas que atrajeran a nuevos lectores. Wein recuperó al mutante con garras que había creado para la colección del increíble Hulk pocos meses antes. Pero fue Claremont quién le otorgó ese aire de rebelde sin causa con un pasado misterioso. A manos del joven guionista, apoyado por talentos como John Byrne o Dave Cockrum a los lapices, la popularidad de Lobezno fue en aumento. Y de manera meteorica. Tanto que para el año 1982 tuvo su primera miniserie a manos del legendario dibujante y guionista Frank Miller. Tímidamente se empezaban a perfilar detalles de la mitología del personaje. En 1988 Lobezno inició un exitoso camino en solitario con su propia serie.

La década de los noventa, los años dorados de Lobezno
A comienzos de los 90 Lobezno vivía su momento de mayor popularidad. El rebelde sin causa de Marvel había conseguido que su propia serie en solitario fuera una de las mejor vendidas de la editorial. Sin embargo, la fórmula empezaba a mostrar claros síntomas de agotamiento. La fórmula de chico malo con pasado misterioso parecía estar perdiendo su encanto. El personaje necesitaba renovarse o morir. Y fue en ese momento, en 1991, cuando llegó la serie que definió el personaje de manera definitiva. El punto de toque sobre el que se acabaría midiendo cada serie del personaje a partir de entonces.
Arma X, obra del artista británico Barry Windsor Smith, quien se encargaría de guión y dibujo, vino a ser ese revulsivo que necesitaba el personaje. El relativo desconocimiento de la figura del superhéroe hizo que Smith tomase la suficiente distancia como para ofrecernos un cómic con una profundidad impropia para un tebeo generalista. La historia relataba como Lobezno adquirio su característico esqueleto de adamantium como parte del proyecto gubernamental Arma X. Historia profunda, con uno de los dibujos más preciosistas que se recuerdan en el noveno arte en mucho tiempo. Obra a años luz de todo lo que se estaba produciendo en aquella década. Smith plantó las bases de lo que sería la evolución del personaje en los siguientes años.

La década de los noventa deparó una sucesión de historias correctas, pero sin brillo para Lobezno. Salvando la notable etapa de Marc Silvestri y Larry Hama a comienzos de la década, la serie bajó el listón paulatinamente. Y de un modo bastante peligroso. A comienzos del nuevo milenio la miniserie lobezno: origen. Con guion de Paul Jenkins, Joe Quesad, Bill Jemas y Dibujo de Andy Kubert. Un autentico superventas y clasico de culto instantaneo que explicaba el verdadero origen del personaje. Si bien no se acercaba ni remotamente a los logros artísticos de Arma X nos ofrecía una historia interesante, quizás demasiado explícita, sobre el origen de Lobezno. Tres años más tarde llegaría la que es considerada una de las dos historias definitivas del mutante en lo que vamos de siglo.
Enemigo del Estado (2005) obra del brillante guionista Mark Millar y el dibujante John Romita Jr. Historia que nos ponía en la piel de un Lobezno con el cerebro lavado y ejerciendo de villano de la función. Prácticamente todo el universo Marvel se aliaría para intentar frenar al mutante de las garras. Una saga llena de adrenalina con un guión trepidante y que reinventaba a Lobezno este nuevo siglo. A manos de Millar llegaría tan sólo un año después la que los fans consideran la última gran historia de lobezno hasta el momento. El viejo Logan (2006). Historia que nos narra un futuro distópico en el que Lobezno es uno de los últimos supervivientes en un mundo en el que los súper villanos ganaron la partida a los héroes. Retrato crepuscular y costumbrista con aire de western que ha sido copiado por la propia Marvel hasta la saciedad.

¿Y ahora qué? Lobezno en la presente decada
Aun no perdiendo si popularidad, Lobezno no ha tenido ninguna gran historia en la presente década o la anterior. Su papel se ha relegado a apariciones –mas o menos cuestionables– en el cosmos mutante y en sus propias colecciones. No obstante no ha generado ninguna historia que haya pasado de lo notable. El reciente evento editorial de su «muerte» y posterior retorno ha venido a darle ese espacio de descanso al personaje. ¿Y ha funcionado? De momento es pronto para saberlo. Pero esos meses en suspenso esperemos que hayan servido para que la casa de las ideas haya planeado una estrategia editorial solida con uno de sus mayores iconos.
Ahí tenemos la reciente «Marvel Comic Presents» que esta sirviendo a modo de prologo de su esperado retorno. Pero que, de momento, no pasa de ser un divertimento solvente. Su participación en los Salvajes Vengadores viene a ser lo mismo. Lobezno en modo piloto automático en otra historia terriblemente divertida y bien planteada como homenaje a los cómics de los ochenta y noventa –en fondo, que no en forma– que esta destinada a entretener. Y lo consigue, pero, de nuevo, sin aspirar, ni pretenderlo, a la excelencia. ¿Sera el presente séptimo volumen de lobezno, de lanzamiento en este 2020, ese renacimiento? ¿Será este el año del Lobezno en el horóscopo Marvel? Solo nos queda esperar, y mantener un poco de fe para quien durante años ha sido el mejor en lo que hacia, recupere su estatus de superestrella.

Fundador de esta pequeña gran familia que es La Comicteca. Amante del noveno arte desde que aprendí a leer. Lector y escritor en proporciones variables y según el momento. En mitad de todo lo que sea cultura popular.