Panini comics acaba de editar la última grapa de Rey Thor. Una sobresaliente miniserie donde Jason Aaron se despide de su querido Dios del Trueno con un último arco maravilloso y que pone la guinda a una de las etapas más brillantes del personaje

Siete años de trueno
Muy lejos quedan los días en que Marvel puso en marcha la iniciativa Marvel Now!, un reseteo habitual para captar nuevos lectores y llenar las tiendas de números uno con nuevos equipos creativos en sus cabeceras. Grandes nombres de la industria se encargaron de las series insignia de la casa como Los Vengadores de Jonathan Hickman, Spiderman de Dan Slott o los X-Men de Brian Michael Bendis. De entre todas las series, una de las más prometedoras era Thor de Jason Aaron. Corría el año 2012, año clave para el futuro del personaje aunque por aquel entonces no sabíamos hasta qué punto. Influenciado por el magnífico Thor: Las edades del Trueno, de Matt Fraction, Aaron le dio una identidad propia a la serie llena de solemnidad, épica y poesía, algo que le venía como anillo al dedo a una serie que contaba las historias de los dioses asgardianos. Rey Thor
Desde el primer momento, la serie fue mucho más allá de los mamporros superheroicos estándar. Aaron se encargó de inundar sus páginas de mensajes relativos al honor, la responsabilidad, la fe, al papel de los dioses en el mundo o la importancia de las historias. Una declaración de intenciones importante fue la inclusión de Gorr, el carnicero de dioses. Este personaje con un trasfondo enorme hacia las veces de villano en el primer arco de la serie. Una historia de pérdida y venganza movía a un personaje con el que era fácil empatizar a la vez que por primera vez se ponía en tela de juicio la importancia de las deidades. Sin duda, uno de los mejores villanos de la era Aaron en la serie, sino el mejor.

Una etapa clave en la historia del personaje
Tras este gran primer arco se sucedieron otros tantos siempre con un nivel muy por encima de la media. Eso sí, entremezclado con los macro eventos editoriales de turno, algo inevitable. Por poner algunos ejemplos tenemos los arcos de Malekith, la gloriosa etapa de Jane Foster o la posterior vuelta del Thor original. Y el final de toda la historia con La Guerra de los Reinos, evento con el que Aaron traía de vuelta al elfo oscuro, Malekith. Trama que narraba la última batalla del Dios del Trueno cerrando el círculo de forma muy inteligente. Todos ellos arcos argumentales de un nivel más que notable y llenos de imaginación y oficio.
Si bien la vuelta de este último villano era retomar una trama planteada muchos números atrás con un equipo ya conocido como son Russell Dauterman y Matthew Wilson, el guionista no pudo resistirse a darle un último cierre. Un epílogo menos pomposo, con un carácter marcadamente personal y sin personajes ajenos a la mitología de Thor. Algo de lo que había demasiado en La Guerra de los Reinos. Para ello volvió a sus orígenes en la serie trayendo de vuelta a Gorr como amenaza a batir. Y al gran Esad Ribic a los dibujos, un valor añadido que convertiría estos números en imprescindibles para los aficionados. Un back to basics en toda regla. Así nos llega este último arco para despedir la que será una de las etapas más recordadas de la historia del personaje.

Rey Thor: el final de todo
En Rey Thor y a lo largo de cuatro números Aaron nos lleva a una historia protagonizada por el Thor del futuro, el ya Padre de Todos, en un universo caótico al borde del colapso donde Loki se ha hecho con la Necroespada, la espada simbionte que portara en su día Gorr y que está relacionada con Knull y todo el microcosmos que el guionista Donny Cates ha construido estos últimos años alrededor de Venom. Lo que en un principio se presentaba como la última batalla entre Thor y Loki, con las nietas de Thor como secundarias, se convierte rápidamente en el retorno de Gorr. Y en su batalla contra unos hermanos asgardianos que pretenden salvar lo que queda de civilización en el universo. Jason Aaron recupera conceptos y personajes vistos a lo largo de la etapa.
Al margen del villano, tenemos al propio Thor. Una versión futura vista en el primer arco, el Carnicero de dioses, y en el evento más reciente, La Guerra de los Reinos, y las nietas de Thor: Atli, Elli y Frigg también han aparecido de forma recurrente en muchas ocasiones. El concepto de la importancia de la transmisión de las historias y de que éstas nunca tienen fin también es algo muy manido en esta saga, aunque no deja ser una maravilla. Escenificado en el salón del conocimiento, esa gran biblioteca donde se guardan todas las historias de los dioses: pasadas, presentes y futuras. La fe y otros temas recurrentes también tienen su momento en unas páginas en las que Aaron sigue demostrando que no da puntada sin hilo. Los tres primeros números son de una acción constante donde Aaron tira de la épica de siempre con una solvencia demostrada durante años.

Esad Ribic completa la vuelta al orígen
El último número de Rey Thor se divide en una primera parte que concluye la acción presentada. Y otra, segunda, a modo de despedida dejando claro su amor incondicional por el personaje. Jason Aaron cuenta nuevamente con el gran Esad Ribic para contar su particular epílogo. El dibujante croata, si bien en ocasiones no está en su máximo esplendor, sí que hace un derroche enorme y cumple a un nivel muy alto. Compensa la falta de definición en los rostros, errores que no abundan, con una buena variedad de composición y una genial narrativa. Pero donde de verdad brilla Ribic es en la acción. Consigue dotar las páginas de una fuerza y una épica apabullante. Algo que ya ha demostrado sobradamente en varios comics de esta misma serie. Aquí está ayudado por el colorista Ive Svorcina, viejo conocido de la serie que aporta ese aire de fantasía al dibujo.
Pero a pesar de su indiscutible titularidad, en el tercer número hay un par de páginas de Das Pastoras, a quien ya tuvimos en esta serie, y en el último número tenemos un necesario baile de dibujantes como cierre definitivo a la serie. Por estas páginas desfilan los artistas que han portado el manto de dibujantes y coloristas en algún momento de este largo recorrido de siete años. Tenemos cameos de Andrea Sorrentino, Dave Stewart, Russell Dauterman, Matthew Wilson, Mike del Mundo, Laura Martín, Olivier Coipel o Gabriel Hernández Walta, entre otros. Este último número cierra con una preciosa carta de despedida de Jason Aaron. En ella relata sus inicios en la serie, lo que se lleva del personaje, su reconocido ateísmo y una retahíla necesaria de agradecimientos a toda la gente que ha hecho posible esta histórica saga del dios asgardiano.

Sobre la edición de Panini y la continuidad del personaje
Panini nos ofrece este Rey Thor en su formato grapa habitual con portadas alternativas a modo de extra y comentarios de Julián Clemente al final de cada número, algo que a modo de contexto o curiosidad siempre se agradece.
Cabe mencionar que este mismo mes de agosto continuarán las andanzas de Thor en una nueva etapa comandada por el guionista de moda en Marvel, Donny Cates, y que comentaremos en la web religiosamente. Sin duda, una etapa muy prometedora. Hará suyo al personaje igual que hizo Aaron durante tantos años y del cual nos despedimos. Un guionista que se queda ya como uno de los mejores que hayan pasado por la cabecera del dios del trueno. Seguid siendo dignos.
Rey Thor 1 - 4
NUESTRA NOTA - 80%
80%
Digno epílogo
Jason Aaron pone el broche final a una serie que ha capitaneado durante siete años con una historia que vuelve a sus inicios acompañado del gran Esad Ribic.
Gran reseña para un fin de etapa de Jason Aaron en la colección de Thor. Desde luego el listón lo ha dejado bien alto, pero al mismo tiempo siempre estará ahí una reelectura para su disfrute. Ojalá en otras colecciones veamos algo parecido con otros personajes o grupos.