Hablamos del tomo Tarzan, el señor de la jungla recientemente publicado en nuestro idioma por Yermo Ediciones. Una obra cruda y sin concesiones a manos de Christophe Bec, Stevan Subic. Regresa el mito pop como nunca lo habiais visto.

Un mito pop con más de un siglo de edad
Antes de hablar de este Tarzan, el señor de la jungla, un poco de contexto histórico. Hay personajes de ficción cuya popularidad trasciende y supera tan ampliamente el conocimiento concreto de la obra en que nacieron que llegan a ser incluso reconocidos a grandes rasgos por un enorme número de personas que nunca tuvieron contacto con ella. Este es precisamente el caso de Tarzán, uno de los personajes de ficción más célebres del s. XX dentro del entorno cultural americano y europeo. Nacido en el año 1912 de la pluma del escritor estadounidense Edgar Rice Burroughs, el origen de Tarzán será primero publicado de forma serializada en la revista pulp “All Star Magazine”.
Su éxito será inmediato y hará subir significativamente las ventas de la revista. Tan sólo dos años después, en 1914, su historia apareció ya publicada en formato de novela. Por entonces E.R.Burroughs, que había seguido escribiendo más aventuras del personaje, ya era plenamente consciente de su tirón. Esa primera novela, de una serie de más de veinte firmadas por el escritor, es “Tarzán of the apes”( Tarzán de los monos ). En ella se cuenta el origen del personaje y sus primeras aventuras.

Llegan las primeras adaptaciones
Al poco en 1918 ya contaba con su primera adaptación al cine. A esta le siguieron una multitud de películas de Tarzan a lo largo de los años. Siendo la última que conozco “La leyenda de Tarzan” (2016) de Peter Yates. No obstante, ha habido otro medio en el que la figura de Tarzan prosperó y se difundió de forma destacada. Ese medio es el cómic. Las primeras andanzas del señor de los monos en el noveno arte vinieron de la mano del que luego sería considerado una de las estrellas más rutilantes del mismo. Me refiero a Harold Foster, quien por entonces se ganaba la vida como ilustrador.
La adaptación de Foster de esa primera novela de Burroughs, “Tarzán of The Apes” estaba destinada a ser publicada de forma serializada en periódicos. Sin embargo su estilo realista hizo que su venta fuera más difícil de lo esperada. Hay que recordar que en aquellos tiempos las historietas publicadas en los diarios eran principalmente de corte cómico. De ahí el término cómic como generico para toda clase de historieta. El trabajo de Foster suponía una novedad importante y arriesgada por la que no todos estaban dispuestos a apostar.

Una historia entre viñetas a manos de leyendas del medio
Incluso el magnate de la prensa, William Randolph Hearst, rechazó su publicación. Si bien luego siguió su trabajo en Tarzan y eso le llevaría a darle la oportunidad de hacer “Principe Valiente”. El caso es que tras varias negociaciones se logró que la primera adaptación al mundo de la viñeta de “Tarzán de los monos” viera la luz. Algo que tuvo lugar el 7 de enero de 1929 en trece diarios de Estados Unidos y en dos de Canadá. Desde entonces han sido innumerables los tebeos protagonizados por Tarzan ya sea en formato tiras de prensa o comic-book.
Unos han sido adaptaciones del amplio corpus literario de E.R. Burroughs y muchos otros historias originales para el medio. Afortunadamente en tiempos recientes ha habido una recuperación de parte de ese material que está siendo publicado en español por distintas editoriales. Por ejemplo Yermo ha editado las páginas dominicales del Tarzan de Hal Foster y los comic-book del Tarzan de Joe Kubert. Dolmen está editando las dominicales del Tarzan de Burne Hogarth. Por su parte Manuel Caldas está publicando tanto las tiras dominicales como las tiras diarias del Tarzan de Russ Manning. Todas ellos obras estupendas.

Tarzan, el señor del noveno arte
Entre toda esta cantidad de publicaciones de Tarzan ha aparecido este mismo año de la mano de Yermo “Tarzan. El señor de la jungla” de Cristophe Bec y Stevan Subic. Una de sus diferencias respecto a las otras es que es una obra de factura rabiosamente actual y eso se nota. Las otras publicaciones son de obras de los años 30, 40 y 70 mientras que ésta ha sido originalmente publicada en Francia en el año en curso. La editorial Yermo nos lo ha traído bien calentito.
Otra de sus diferencias es que es una publicación europea mientras que todas las otras anteriormente mencionadas son estadounidenses. Y otra más es que lo publicado en tiempos recientes del Tarzan de Foster, de Manning y Hogarth, no son adaptaciones de la novela sino historias originales creadas para esos tebeos. El caso del Tarzan de Joe Kubert es distinto porque en los primeros números sí que adapta a modo de flashback esa primera novela.
De las muchas adaptaciones de la novela “Tarzan of the apes” he podido leer la de Russ Manning. Existe en español una edición de formato bolsillo descatalogada. Esos números a los que antes aludía de Kubert y esa rara avis que es la versión ilustrada por Burne Hogarth, publicada en español por Ediciones Montena en los 80. Y ahora, en último lugar, he podido leer esta nueva adaptación “Tarzan. El señor de la jungla”, que es la primera de una serie que pretende adaptar las novelas del personaje de Burroughs. Supongo que la intención es ir sacando álbumes mientras las ventas acompañen. Los libros de E.R.Burroughs de Tarzan son 24 o sea que hay material de adaptación para largo. Pero entrando ya en el tebeo a comentar. ¿ Qué vamos a encontrar en “Tarzán. El señor de la Jungla” ?

Un álbum redondo desde su portada
Lo primero que llama poderosamente la atención de Tarzan, el señor de la jungla es su portada. Una ilustración estupenda donde vemos a Tarzan de espaldas contemplando la selva, sus dominios. Es una portada con muchos atractivos. En primer lugar por la disposición de elementos que tiene, por lo bien detallado que está Tarzan y la sensación de profundidad que crea respeto al fondo trabajado a ordenador. Tiene todo lo necesario para captar el interés del posible comprador. Tarzan, la selva frondosa, una cascada y el río, y por encima de todo un humeante volcán. Es una portada que huele y promete aventura.
No obstante y curiosamente, a diferencia de la mayoría de álbumes europeos, la portada no es del artista que dibuja el interior. La ilustración de la portada es de Eric Bourgier. Artista que sonara a parte de los aficionados españoles por ser el dibujante de la serie “Servitud” editada por Norma. En el interior encontramos a cargo del trabajo gráfico al dibujante serbio Stevan Subic. Un autor que era desconocido por mí hasta la aparición de la obra que nos ocupa. No obstante, según he podido ver ya había realizado algún trabajo para el mercado francés como la serie M.O.R.I.A.R.T.Y. Obra que dicho sea de paso, y por si algún editor toma nota, tiene muy buena pinta ).

Tarzan, el señor de la jungla, una oda pop en dos actos
Dejada la portada atrás y una vez leído Tarzan, el señor de la jungla se puede destacar que la obra parece dividida en dos partes diferenciadas. Esto sin que ello signifique que no haya una perfecta continuidad y cohesión entre las mismas. Dos partes cuyo límite además está justo en el meridiano del volumen, entre las páginas 40 y 41 de un total de 80 planchas. La primera parte va desde los primeros años de vida de Tarzan hasta su conquista del liderazgo de su tribu. Una tribu compuesta por los “manganis” esa especie ficticia de grandes simios que Burroughs inventó y que tienen un lenguaje propio. También al final de esta parte, y preparando ya la segunda, acontece el trascendente episodio de encuentro entre su madre adoptiva, la simia Kala, y un guerrero nativo.
En la segunda parte vemos ya la primera irrupción de los hombres occidentales en los dominios de Tarzan. Tambien las importantes consecuencias que todo esto tendrá en su vida. La primera parte tiene la singularidad respecto a otras adaptaciones en que apenas hay texto, todo se desarrolla de forma eminentemente visual con alguna excepción entendible. Los pocos textos que hay son algunas cartelas narrativas, pero que son llamativamente muy pocas en comparación con todos los otros acercamientos. Podemos llegar a pasar hasta diez páginas seguidas sin ni un solo texto. Esto ya de por sí solo supone un ejercicio narrativo exclusivo e interesante. Algo que le da un valor añadido a esta obra dentro del conjunto de adaptaciones de la novela original. Pero es que además, el resultado está muy logrado de forma que no se encuentra a faltar texto para explicar y reforzar lo que estamos viendo.

Un apartado visual sólido
Y es que el dibujo de corte impresionista de Stevan Subic, acompañado de forma inmejorable por el color de Hugo Facio, constituyen todo un festín visual que impacta y seduce al lector que va pasando página tras página atrapado en el relato. El suyo es un dibujo que juega mucho con el claroscuro, consiguiendo para las escenas en la jungla una densidad y atmósfera que intensifican la narración. No es un dibujo muy perfilado y definido, de líneas pulidas; podríamos decir que es sucio e impreciso, incluso tosco por momentos.
Pero esas señas estilísticas se revelan idóneas en esta primera parte de Tarzan, el señor de la jungla tan visual. Una parte donde se respira fisicidad, naturaleza virgen, y que viene tan cargada de momentos de acción y violencia. Su entintado en algunos momentos me ha recordado al de Jae Lee, por poner alguna referencia conocida. Tenemos entonces una primera parte que no solo funciona perfectamente en su función de contar una buena parte de la novela, sino que además lo hace de forma muy personal.

Aportando algo a la historia del personaje
A diferencia de la novela aquí la historia comienza con el trágico encuentro de los mangani con el padre de Tarzan. Tras este encuentro el niño será adoptado por la simia Kala. Los autores nos explican todo el proceso de crecimiento y maduración de nuestro protagonista en la comunidad de grandes simios y las dificultades que éste tiene para integrarse. Dificultades que viene a ser poco más que sobrevivir. También nos presenta ese entorno ajeno a su tribu mangani donde las amenazas no dejan de acechar.
Amenazas representadas por los gorilas y los grandes felinos, generando la desapacible sensación de que en la vida de Tarzan la seguridad difícilmente tiene lugar. Es un relato duro y sin concesiones, donde nada se ha suavizado, sino más bien al contrario. Las escenas de lucha de Tarzan, el señor de la jungla son tremendamente salvajes, crudas y sangrientas. Incluso cuando Tarzan sale victorioso, acarrea lesiones terribles que tardan tiempo en ser curadas.

Un relato extraordinario para un personaje único
Todo esto está muy logrado y en ocasiones se busca más la conmoción, el generar una fuerte impresión en el lector, que la verosimilitud. y es que se hace poco creíble que con según que heridas el protagonista pueda recuperarse por muchas atenciones de su madre simia que pueda recibir. Pero como digo, este pequeño sacrificio juega a favor de la intensidad de relato porque imprime al protagonista un aire de excepcionalidad. Percibimos que Tarzan no es un hombre cualquiera, sino que sus cualidades lo llevan a perseverar donde la mayoría hubiera perecido.
Y esas cualidades no son solo físicas sino también mentales. Tarzan es inteligente y astuto de manera innata. Es capaz incluso de aprender a leer con la única ayuda de una enciclopedia. Posteriormente y mediante una carta que justifica un flashback es como hábilmente los autores explicaran la parte que les había quedado por contar, que no es otra que el cómo llegan los padres de Tarzan a un lugar tan remoto. Es así como el propio Tarzan toma conciencia de quién es ( distinto a la novela donde es otro personaje quien se la lee ).

Sumar para acertar
Como acostumbra a ser en la mayoría de adaptaciones hay aspectos del original literario que no están en este Tarzan, el señor de la jungla. Otros tantos se encuentran modificados y otros que se trasladan de forma bastante fiel. En esta ocasión no es distinto y quienes conozcan bien la novela de E.R. Burroughs podrán percibir muchos de esos aspectos. Entre los añadidos me han gustado especialmente dos.
Uno es la inclusión de un volcán en erupción que dota de espectacularidad al relato y que permite la irrupción de colores rojos y amarillos, muy vivos, que contrastan de forma fantástica con la oscuridad más predominante. El otro es establecer ya de primeras a Tarzan como un ser innatamente noble y que se preocupa por los desvalidos. Y lo hacen con dos escenas donde Tarzan auxilia a simios más pequeños y que, aún con todo, no desentonan con el tono crudo de la obra.

Un segundo acto a la altura
La segunda parte como ya había comentado se inicia con la llegada de los hombres “civilizados” a la vida de Tarzan. Un barco transporta por el rio una expedición antropológica integrada por una serie de personajes entre los que evidentemente se encontrará Jane Porter. Los autores seguramente necesitados de concentrar los hechos, colocan en esta expedición también a los tenientes franceses D’ Arnot y Charpentier simplificando lo acontecido en la novela. El cabeza de la expedición es el padre de Jane, el profesor Porter. Y ya en la primera página de esta segunda parte aparece un discurso de corte ecologista que pretende dar actualidad al relato.Pero lo que me ha llamado más la atención de los entendibles cambios es la desaparición de un personaje importante como el de William Cecil Clayton, primo de Tarzan y actual Lord Greystoke.
En la novela es un personaje interesante, que da mucho juego y que dota de una mayor riqueza a esta segunda parte del relato. Aquí simplemente no está y el papel de rival por el amor de Jane se lo dejan únicamente al menos interesante y estereotipado Robert Canler.Esta ausencia que podría parecer anecdótica introduce cambios significativos respecto al original. Por ejemplo, aquí en Tarzan, el señor de la jungla, el protagonista toma el puesto de Lord Greystoke de buenas a primeras e incluso hace una visita a su abuelo paterno en Escocia. Algo que en la primera novela no ocurre, ya que Tarzan conscientemente y por amor a Jane se guarda su ascendencia y permite que su primo siga ocupando el título que le pertenece a él por derecho.

Una visión novedosa para el mito
Pero bueno, al final este es un detalle que solo conocen los que hayan leído el original literario y, aunque a mi juicio sea una buena pieza desaprovechada, la historia en el tebeo sigue funcionando.Por lo que respecta al dibujo de Stevan Subic, en esta segunda parte sigue a buen nivel pero muestra más alguna de sus costuras. Por ejemplo, al entrar en juego un montón de personajes humanos se puede apreciar que quizás las caras humanas y el dotarlas de expresividad no es una de sus mayores virtudes ( o a mí al menos así me lo parece ).Sin embargo, como digo, sigue brillando en escenas mayúsculas e impresionantes como por ejemplo la tortura y rescate del teniente d’ Arnot por parte de la tribu de antropófagos. Hay que reconocerle que ofrece escenas que no se olvidan nada más cerrar el tebeo y eso es algo a valorar.
Por establecer un símil cinematográfico Tarzan, el señor de la jungla sería al comic lo que el “Greystoke. La leyenda de Tarzan” ( Hugh Hudson, 1984 ) al cine. Es decir que estaría en las antípodas de tratamientos como el de las películas interpretadas por el olímpico Johnny Weissmüller ( en el cine ) o el de Russ Manning en el tebeo. Sin embargo también suma un componente muy espectacular, más cercano al blockbuster actual, que en la cinta del director británico no se encuentra. Con esa combinación el tebeo se reivindica como un producto singular y personal, muy contemporáneo y fresco, que es realmente interesante.

Una obra más que recomendable
En resumidas cuentas, Tarzan, el señor de la jungla supera con creces el principal escollo con el que podía topar y es el de ofrecer una obra de sobras conocida con un tratamiento ya visto. Sus autores han sabido crear una nueva adaptación con muchos elementos de interés y que en algunos aspectos transpira más el espíritu o tono de la obra de E.R. Burroughs que otras versiones ( en otros, no tanto ).Al margen de todo ello y de su relación con otras obras, podemos decir que es un tebeo de aventuras muy disfrutable y recomendable. Es ágil, entretenido, cargado de acción y se muestra implacable a la hora de recrear atmósferas tensas y emocionales. Es uno de esos tebeos que raramente uno va a lamentar haber leído. Como pega, quizás el poco jugo sacado a la segunda parte. Y es que en algún momento notamos cierta aceleración narrativa.
Esperemos que la obra funcione en el mercado y con el tiempo así tengamos la continuación que adapte la segunda novela “El regreso de Tarzan”, novela que he leído y que se presta a que hagan de ella otro buen tebeo. Estoy convencido que la mayoría de los que lean este volumen inaugural tendrán ganas de que el proyecto continúe. No obstante, en el lamentable caso de que no hubiera segunda parte ( lo cual me sorprendería ), el tebeo “Tarzan. El señor de la jungla” queda lo suficientemente bien cerrado y resiste bien como obra conclusiva. Lo digo para que los que tengan miedo de quedarse a medias no padezcan en ese sentido. Además me ha parecido un buen detalle editorial el no numerar el lomo, colocando lo de “primer volumen” discretamente en la contraportada. Y es que siempre más vale prevenir que curar.

Sobre la edición de Tarzan, el señor de la jungla
En cuanto a la edición de Tarzan, el señor de la jungla por parte de Yermo he de decir que me parece estupenda. Es un volumen de tapa en cartoné, de formato de página tamaño álbum europeo ( con lo cual se goza al máximo del dibujo ), el papel es de buen gramaje, el satinado encaja perfectamente con el tipo de color, y tiene un peso y número de páginas que lo hacen muy cómodo de leer. Eso sí, los amantes incondicionales de los extras no están de suerte en esta ocasión porque no tiene ninguno.

Tarzan, el señor de la jungla
Edita: Yermo Ediciones
Autores: Christophe Bec, Stevan Subic
Formato: Tapa dura
Tamaño: Álbum
Páginas: 84 páginas color.
ISBN: 978-8418776069
Precio: 25,00 €
Tarzan, el señor de la jungla
NUESTRA NOTA - 81%
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NOTABLE
Una adaptación con muchos elementos de interés y que en algunos aspectos transpira el espíritude la obra de E.R. Burroughs. Ágil, entretenido y cargado de acción. Uno de esos tebeos que raramente uno va a lamentar haber leído

Aficionado a los comics, los libros y el cine desde que puedo recordar siempre me he sentido atraído por las más variadas producciones artísticas. Mi discurrir en estas áreas siempre ha sido desde el punto de vista del aficionado, de aquel que no produce obra propia ninguna pero que de alguna forma se construye a si mismo en cada nueva lectura, visionado o experiencia estética…, y que, además, y principalmente, disfruta con ello. Por eso intento hacer mías unas palabras de Jorge Luis Borges que dicen “Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído”