Hablamos de Villanueva último trabajo de Javi de Castro que publica Astiberri. Un cruce entre folclore leonés y terror en una historia ambientada en un pequeño pueblo de la España vacía.

Terror rural
Antes de hablar de Villanueva, un poco de contexto. Uno de los temores más comunes es el miedo a lo desconocido. Cambiar de casa, o de ciudad, puede echarnos a temblar. Si el traslado es a un paisaje rural, el temor se acrecienta. El cine ha cultivado un subgénero dentro del terror dedicado a este tema. Urbanitas que llegan a un medio rural y los lugareños les dan su merecido. “Perros de paja” (1971 y 2011) es un buen ejemplo de cómo tratan a los “intrusos” en plena campiña inglesa. Pasamos al terror puro (también conocido como “folk horror”) con un clásico titulado “El hombre de mimbre” (1973). En esta película el forastero se las ha de ver con un culto pagano muy peligroso.
Hay muchos otros ejemplos. El más reciente es “Midsommar” (2019) ambientado en una aldea remota de Suecia, donde se celebra un peculiar festival de verano. Una pareja estadounidense, junto a unos amigos, descubrirán por qué no ha sido buena idea acudir allí. Muchos de estos cultos usan la naturaleza y el paganismo como excusa para efectuar sus fechorías. El autor de Villanueva, inspirado por estas historias de folk horror, construirá su propio artilugio terrorífico. “Es un género que me encanta” confiesa. Será una especie de folclore leonés el que sirva para poner patas arriba la vida de la pareja de forasteros de turno, Ana y Miguel.

La España vacía
Últimamente los telediarios de nuestro país nombran constantemente la expresión “España vacía”. Se trata de un problema al que las autoridades quieren poner remedio. La paradoja es que, por un lado, la población de España aumenta, pero no en todas las zonas por igual. La gente se marcha de las zonas rurales hasta las grandes ciudades. Una pequeña solución es atraer a urbanitas hacia aquellos lugares que necesitan rejuvenecer a su población. Así es como empieza “Villanueva”. Ana, cuyo empleo era el de chófer y que ahora está embarazada, y Miguel, arquitecto en paro, deciden cambiar su situación.
Carmen, una de las pocas personas que salen del pueblo y que demuestran estar al día tecnológicamente, contacta con ellos. Villanueva les ofrece alojamiento gratis, algo que necesitan, pues han perdido la casa e incluso el coche. A cambio, traerán vida a la comunidad. Ana está de ocho meses y un bebé en ese sitio es muy necesario. Una vez presentados al pueblo y alojados, la pareja descubrirá que las cosas no son lo que aparentan. ¡Y que más les hubiese valido quedarse en la ciudad!

Una obra simple pero compleja
A simple vista, no parece que Villanueva tengo un argumento muy complejo. La historia transcurre en un formato lineal “presentación, nudo y desenlace” clásico. La narración se ve interrumpida por unas ilustraciones a doble página en la que se nos relata, sin texto alguno, la trayectoria vital de Carmen. Es Carmen la protagonista de este relato y la búsqueda de su propia identidad su motor. La obra toca tangencialmente otros temas de candente actualidad. Algunos de ellos: la tecnología aplicada a las redes sociales, las relaciones de pareja, la crisis de identidad y la vida en entornos naturales. Aunque el argumento parezca previsible, el autor se las apaña para introducir elementos fuera de lo común. Por ejemplo, aparecen unos inquietantes niños que no son lo que parecen.
Villanueva es una historia profundamente feminista. Los habitantes tratan a las mujeres como se considera que parte del hetero patriarcado lo hace en nuestra sociedad. Las usa como mero recipiente para conseguir un fin. El autor adorna estas ideas con un folclore leonés que le resulta cercano. Tampoco carga las tintas en ese aspecto y Villanueva no contiene violencia gráfica ni nada por el estilo. Hay momentos en los que se sugiere, pero no se muestra. Además, esta novela gráfica invita a una relectura y es apta para todos los públicos, sean o no aficionados al género del terror.

El autor, el autor
El joven leonés Javi de Castro (1990), desde sus inicios en el noveno arte, realizó obras fascinantes. Aquel Sandía para cenar que editó la Zaragoza Thermozero en 2014 nos mostraba un autor pletórico de ideas y talento. Junto al guionista Josep Busquet elaboró La última aventura (Dibbuks, 2015). Con María Hernández Martí hizo Que no, que no me muero (Modernito Boooks, 2016). Tras ganar el premio al autor revelación en el Salón del Cómic de Barcelona, regresó “Larson, el hombre con más suerte del mundo”. Modernito Books trajo este trabajo en 2017, en la que aparecía acreditado como autor completo. Tres años después se animó con un webcómic, The Eyes. Otra genialidad: Crímenes ilustrados.
Una especie de juego viral de redes sociales, ejecutado junto a Modesto García. El éxito ha provocado que Plaza & Janés lo edite en libro en 2021. En Villanueva, Javi de Castro demuestra su madurez con un dibujo impecable. La obra contiene un trazo extremadamente limpio, que casi parece realizado con la herramienta de diseñadores Illustrator. Se nos presenta en blanco, negro y dos tonos de azul. El autor aprovecha la longitud de 160 páginas de la obra para ofrecernos una narración pausada y meticulosa. Aparecen muchos pasajes en los que no hacen falta las palabras. Es una obra brillante a nivel formal, que se nota realizada con mucho mimo.

La edición de Villanueva
Ya conocemos el cuidado que pone Astiberri a sus publicaciones. Y en Villanueva -nuevamente- lo borda. La obra se presenta en tapa dura a tamaño 17 x 24 cm. La cubierta que tiene un ligero relieve que se nota al pasar las yemas de los dedos por ella. Contiene 160 páginas presentadas en bitono, con un papel exquisito y una calidad de impresión mayúscula.

Villanueva
Edita: Astiberri
Autor: Javi de Castro
Formato: Cartoné
Tamaño: 17.0 x 24.0 cm
Páginas: 160 páginas. Bitono
ISBN: 978-84-18215-73-5
Precio: 18,00 €
NUESTRA NOTA
VILLANUEVA - 80%
80%
INQUIETANTE
Villanueva es una obra estilo folk horror muy interesante que nos trae a un Javi de Castro en plenitud de facultades e inspiración. Es muy recomendable para cualquier lector de cómics.

Ya ni recuerdo cuando empecé a leer cómics. Lo que sí me han contado es que mis primeras lecturas fueron mortadeleras. Mientras compraba Bruguera, Vértice y los superhéroes aparecieron por el horizonte. Y de oca a oca, de marvel al cómic independiente, de aquí al manga y al europeo, y así seguiríamos. !Pero lo grande de esto es que sigo con todos ellos, no dejo de lado ninguno!