Panini edita Bad Weekend, la enésima maravilla de Ed Brubaker y Sean Phillips. Una obra enmarcada en la antología Criminal donde los autores abordan las entrañas de la creación en el noveno arte desde un punto de vista muy particular.

Misma calidad, distinto enfoque
Volvemos con Brubaker y Phillips para analizar una de las varias obras que nos dejaron el año pasado. Un año donde pudimos disfrutar de ejercicios tan diferentes como el final de Kill or be killed o Pulp. Pero, sin duda, la obra que se aleja más del género negro de toda la vida es este Bad Weekend. Estamos acostumbrados a que la gran pareja del género negro siempre, o casi siempre, se mueva en un ambiente que reúne muchos de los elementos clásicos del género. Asesinatos, robos, gente de mala vida que se torna aún más oscura, la mujer fatal, intereses egoístas, ambientes decadentes y todo lo que se nos pueda ocurrir. Pues bien, en este caso, los autores se distancian de las armas y los gánsteres. Y lo hacen para contar una historia donde el género negro está, hasta cierto punto, en un segundo plano.
Y es que Bad Weekend es un retrato de la industria del cómic, tanto de la de los años sesenta como de la actual. Es una crítica feroz al maltrato que sufren los autores y a la corrupción que lo envuelve, pero también, de una forma nostálgica y melancólica, es una historia de corazones rotos y amor al cómic. Y al mismo tiempo, un homenaje a todos esos autores pisoteados por la industria. En definitiva, es una obra descomunal. Ahora veamos algo más en detenimiento lo que da de sí esta singular obra de Brubaker y Phillips. Un cómic distinto y mucho más personal e intimista que el resto de su obra.

Bad Weekend, el noir diferente
La historia nos lleva hasta Jacob, un joven dibujante de cómics, que se ve obligado a hacerse cargo de Hal Crane durante una convención de cómics todo un fin de semana. Hal Crane se nos destapa como una leyenda viva del cómic, un veterano dibujante que va a recibir un premio a toda una vida entre viñetas. Jacob debe asegurarse de que el avinagrado dibujante asista a todos los compromisos y a la ceremonia de premios. Este trabajo de niñera se convertirá en un viaje al pasado oscuro del noveno arte mientras, por otra parte, se cuece entre bambalinas una trama secundaria más típica de género negro con una importancia menor aparente. Es curioso cómo los autores plasman una historia principal que no tiene nada que ver con el noir y consiguen impregnarla del ambiente decadente que siempre tienen sus obras.
Esto es una muestra más de la maestría que atesora la pareja, dos autores que dominan perfectamente los códigos del género y los saben llevar más allá de los escenarios acostumbrados. Como no dejamos de estar ante una historia más dentro del mundo de Criminal, Brubaker y Phillips se permiten una aparición estelar. Se trata de un conocido personaje con un papel muy pequeño, poco más que un cameo, que empasta con la serie principal. No era necesario, pero es un guiño que los lectores agradecen. Algo muy importante es que los autores insertan a Hal Crane, el personaje principal ficticio, en nuestra realidad, nombrando continuamente a autores como Will Eisner, Jack Kirby, Stan Lee o Gerry Conway.

El lado desconocido de los cómics
Este importante detalle de incluir personajes reales sirve para hacer hincapié en que la idea fuerza de la historia gira en torno a esa crítica al medio. Un retrato de la industria, principalmente de la de los años sesenta, pero no tan lejos de la actual como nos gustaría. Un mundo que utiliza a los artistas como peones, jugando con sus ilusiones y con falsas promesas, rapiñándoles todo el dinero que pueden. Autores que, además, tienen que soportar una explotación laboral desmedida, por supuesto, de cara a la galería. Todo esto lo vemos a través de los ojos y vivencias de Hal Crane, un brillante y amargado dibujante fruto de una carrera de desencanto con la industria. Un personaje desagradable de inicio con el que vamos empatizando a medida que sabemos más sobre su pasado, sus errores y su visión sobre el medio.
A su vez, Crane se contrapone a Jacob, el joven artista nada ingenuo que ya ha empezado a distanciarse del mundo de los cómics. En el dibujo contamos con el ya clásico dúo Phillips. Padre e hijo vuelven a hacer un trabajo excepcional a todos los niveles. Aparte de las muchas virtudes habituales, el trazo, el ambiente, la narrativa y demás, destaca el trazo y el color en las viñetas que muestran las obras de Crane, diferenciándolas de la historia que transcurre en el presente. Algo similar a lo que ocurría en Pulp. Y como en otras obras del trío, el color también funciona como elemento para distinguir entre flashback y presente. En conclusión, Bad Weekend es una obra descorazonadora y melancólica que muestra el lado más oscuro y desagradable del que siempre será el maravilloso noveno arte.

Sobre la edición de Bad Weekend
Panini comics edita este Bad Weekend en su formato habitual cartoné sin sobrecubiertas y papel de calidad en el interior. Como extras incluye una breve biografía final de los autores.

Bad Weekend
Edita: Panini comics
Editorial Original: IMAGE COMICS
Guionista: Ed Brubaker
Artista: Sean Phillips
Páginas:72
Tamaño: 18 X 27,5 cm.
Contiene: Bad Weekend HC
Formato: Tapa Dura
Interior: Color
ISBN: 9788413348803
Precio: 15:00 €
Bad Weekend
NUESTRA NOTA - 92%
92%
Crudo
Bad Weekend se descubre como la obra más personal de esta pareja. Una obra de corrupción, desilusiones y decadencia. Un trabajo disfrutable a más de un nivel que, como todo lo que viene de esta dupla creativa, no decepciona de ninguna manera.