Dolmen editorial edita el tomo DICK TRACY 1943-1945. Un tomo con el que inician la publicación de las aventuras de este clásico personaje en uno de sus mejores momentos creativos.

El accidentado nacimiento de un icono atemporal.
Dick Tracy, que vio su debut el 4 de octubre de 1931 en el Detroit Mirror estuvo distribuida por el Chicago Tribune New York News Syndicate. La serie –considerada el primer tebeo policíaco de la historia– fue escrita y dibujado por su creador Chester Gould hasta el año 1977. Momento en el que pasó la batuta del personaje a Max Allan Collins como guionista y a Rick Fletcher como artista gráfico. Durante el casi medio siglo ininterrumpido al frente de un personaje Gould lo convirtió en un auténtico icono no solo del noveno arte sino de la cultura pop. Algo que realmente muy pocas tiras de aquel periodo han conseguido. Un éxito imperecedero que sin embargo tiene un origen bastante peculiar en el que merece la pena echar un vistazo.
Y es que la publicación de Dick Tracy fue fruto de la insistencia con la que Gould mandaba constantemente propuestas de series al Chicago Tribune. Periódico donde ya publicaba tiras de corte humorístico. Esta perseverancia logró su objetivo después de 60 intentonas previas, siendo la 61 finalmente aceptada. En parte gracias a la labor conjunta entre el autor y su editor, Joseph Medill Patterson. Este, entre otras sugerencias, le proporcionó el argumento de la primera historia y le sugirió que cambiará el nombre original de Painclothes Tracy por el definitivo de Dick Tracy. Para ello se basó en el juego de palabras del significado en jerga de Dick (policía, sabueso) y la similitud del apellido Tracy con tracing (investigación) y trace (pista). Estos juegos de palabras con los nombres y aspectos de los personajes terminarían siendo una de las más famosas señas de identidad de la serie.

Un exito inmediato, estar en el lugar adecuado en el momento justo
La tira gozó de un gran éxito desde el principio, gracias a su oportuna publicación justo al final de la Ley Seca. Un periodo concreto de la historia de los estados unidos en el que la opinión pública se estaba produciendo una mayor empatía con las fuerzas del orden. Empatía motivada por la aparición de personajes tan carismáticos como Elliot Ness, en cuya figura está basado en parte Dick Tracy. Esta popularidad le hizo ser merecedora de adaptaciones radiofónicas y seriales cinematográficos ya desde el principio de su publicación. Y ello es una buena prueba del gran predicamento que alcanzó la serie en un espacio de tiempo tan breve. Un precursor de lo que décadas más tarde sería el «transmedia».
En el aspecto formal la tira anticipó lo que serian los procedimentales modernos. Ya que su estructura era muy sencilla y repetida casi en forma de plantilla. Tracy descubría un crimen, casi siempre se conocía al antagonista al principio, y se producía un enfrentamiento y posterior persecución del criminal. Esta persecución acababa sin remedio con el castigo de este, siendo curioso la poca querencia de Chester Gould con sus villanos. Y es que generalmente pagaban sus fechorías con su cruenta muerte. Un recordatorio constante y machacón de la máxima «el crimen siempre paga«. Con tan extensa trayectoria, Dolmen ha elegido para iniciar su publicación con una de sus tramas y villanos más recordados. Hablamos de la saga de Flattop.

La saga de Flattop, el culmen creativo de Dick Tracy.
El asesino a sueldo profesional Flattop, nombrado así por llevar ese peinado característico, es contratado por la cúpula de la mafia para acabar con la vida de Dick Tracy. Esto desencadena una extensa aventura donde nuestro héroe es capturado y los malos extorsionados por Flattop, También se presenta a un carismático secundario que nos acompañará durante todo el tomo, el actor Vitamin Flintheart . Viviremos durante 70 páginas la persecución y fuga del villano en una historia que contiene todos los tropos de la serie. Acción constante, giros imprevistos de guion -habituales del autor- y la increíble capacidad de Gould de hilar una trama tras otra sin dar respiro alguno al lector. Así después de asistir a la muerte de Flattop, el autor es capaz de narrar como nuestro querido detective de la gabardina amarilla no se queda un instante quieto.
Tracy se asocia con la marina para ejercer como miembro de la inteligencia naval de paisano. Se las ve con las hermanas Summer asociándose después con ellas para atrapar a un espía cuyo aspecto y nombre van asociados: el Ceño. En el tramo final del tomo -correspondiente a 1945- nuestro protagonista se enfrentará a otro carismático villano como es Temblores. Delincuente cuyas tropelías afectarán de igual manera a Tracy y a Vitamin Flintheart quien se enamora de la modelo Snowflake Falls. Una pobre mujer utilizada por Temblores para sus perversos planes. Durante todo el tomo, Gould saca mucho partido a su peculiar estilo caricaturesco pero apegado a la realidad cotidiana. Y a su uso de la mancha negra en unas tiras donde la acción y las caracterizaciones de los personajes lo invaden todo. Dando lugar a un tebeo cuyo ritmo incesante que el lector devora en un pispas.

Sobre la edición de Dolmen
Dolmen edita DICK TRACY 1943-1945: Flattop el asesino en un tomo de tapa dura sin sobrecubierta. La edición incluye una introducción de Rafael Marín, una breve semblanza biográfica de Chester Gould y las páginas dominicales insertadas entre las tiras diarias, agrupadas, como es habitual en la editorial, de tres en tres.

DICK TRACY 1943-1945
Edita: Dolmen Editorial
Autor: Chester Gould
Formato: Tapa dura sin s/c
Tamaño: 28×21,5 Apaisado
Páginas: 184 págs. Blanco y negro
ISBN: 978-84–17956-69-1
Precio: 29,90 €
DICK TRACY 1943-1945
NUESTRA NOTA - 75%
75%
¡Imprescindible!
Primer tomo recopilatorio del clásico del cómic Dick Tracy que cuenta además de acción a raudales, con la presencial de tres de sus más carismáticos antagonistas: Flattop, El Ceño y Temblores.
Aqui debería poner una parrafada existencialista y gafapasta pero simplemente soy un tipo que lee tebeos y escribe sobre ellos.
Otro gol de Messi, tu eres mi Antonella.
Pi