Hablamos de Fatty: El primer rey de Hollywood, una biografía ilustrada de este icono del cine a manos de Julien Frey y Nadar

El hombre detrás de la leyenda –negra–
Antes de hablar de este Fatty: El primer rey de Hollywood, un poco de contexto. Es curioso el funcionamiento de la memoria. La primera vez que oí hablar de Roscoe «fatty» Arbuckle yo aún era un adolescente y fue en artículo sobre escándalos de Hollywood en alguna revista ya desaparecida. Obviamente, el único recuerdo de su figura que permaneció en mí fue un detalle muy escabroso que me impactó sobremanera: su carrera había terminado al violar a una pobre aspirante a actriz con una botella de champán. Como de aquella no había interné, uno daba por supuesto que era cierto.
Lo había visto impreso negro sobre blanco. Debía de ser verdad. No lo era. Nunca lo fue. Sirva esta anécdota que para dar contexto a este tebeo. Un cómic donde el tándem formado por Jules Frey y Nadar vuelven a unir fuerzas –después de sus anteriores colaboraciones en El Cineasta y Justin– para hacer justicia con un actor que tuvo que escuchar como en su absolución definitiva el jurado emitió una disculpa sin precedentes: “Sentimos que se ha hecho una gran injusticia con él, no había la más ligera prueba para acusarle de la comisión de un crimen”, pero aun así su carrera artística quedó destruida.

El hombre que valía su peso en oro
Roscoe «fatty» Arbuckle fue una gran estrella. En los albores del cine mudo se convirtió en el actor más popular de su época. Mentor de Charles Chaplin -los pantalones bombachos y el bombín característico de Charlot son aportaciones suyas al disfraz de su célebre personaje- fue también el descubridor de Buster Keaton. Su éxito era tal que se convirtió en el primer actor en ganar un millón de dólares por año. Su prestigio y carrera eran abrumadores, pero todo llegó a su fin abruptamente cuando en un breve descanso de su ajetreada carrera, se desplazó a San Francisco con sus amigos Lowell Sherman y Fred Fischbach para dar una fastuosa fiesta en el hotel Saint Francis.
Allí, después de varios días de juerga, una joven aspirante a actriz, llamada Virginia Rappe, cayó muy enferma. Después de ser examinada por el doctor del Hotel -que diagnosticó una simple borrachera- Rappe entró en coma y murió tres días más tarde en el hospital de peritonitis, causada por una perforación en la vejiga. Maude Delmont, amiga y “compañera” de Rappe, aprovechó la ocasión para acusar a Arbuckle con objeto de sacar tajada, denunciando que la ruptura de vejiga se produjo mientras el actor violaba a Rappe con una botella. Viendo como Arbuckle, seguro de su inocencia, rechazó tales acusaciones, fue a la policía para chantajear a Fatty, desatando unos acontecimientos que acabarían con la carrera del actor.

Historias paralelas
A partir de una introducción con un Buster Keaton envejecido contándole la historia de Roscoe a un joven técnico en el set de The Twilight Zone –concretamente en el rodaje del episodio Once Upon a Time– Frey y Nadar nos cuentan la biografía de Fatty desde el momento en que se conocen ambas estrellas hasta la muerte de Roscoe. Este punto de vista les permite a ambos autores mostrarnos la carrera profesional de Fatty. Una carrera cimentada en un ritmo muy rápido, dinámico, lleno de escenas de persecuciones y con abundancia de gags visuales -magníficamente retratados por un Nadar esplendoroso- cuyo contenido era muy popular pero poco decoroso. Aunque la parte de la amistad entre Keaton y Arbuckle nos permite ver todo el conjunto de la vida del personaje.
Incluyendo sus lados oscuros como la adicción a la heroína de Fatty o su abuso del alcohol, la parte importante del tebeo se centra en el famoso juicio por la muerte de Virginia Rappe. Al día siguiente de esta, todo empieza a torcerse. En un ambiente propicio para buscar un duro escarmiento a la inmoralidad –la ley seca ya estaba en vigor– Roscoe se convirtió en una presa idónea para frenar la influencia de los escándalos de Hollywood en la sociedad. A través de un juicio que nunca debió haber tenido lugar, y que se repitió tres veces, los poderes fácticos se pusieron manos a la obra. La policía se resarció de las constantes burlas a las que se veían sometidas en el cine.

En el ojo del huracán
Magnates periodísticos como William Randolph Hearst vieron como sus descaradas mentiras y sus escandalosas acusaciones sin fundamento vendían periódicos a millones. Los fiscales vieron el momento perfecto para labrarse un buen nombre. Y políticos oportunistas como William H. Hays con la ayuda de la MPAA aprovecharon para censurar la libertad de los cineastas con la creación del Código Hays. Una tormenta perfecta en cuyo ojo estaba Roscoe Arbuckle y que le llevó de ser el primer rey de Hollywood al primer paria. Daba igual que fuera inocente. Alguien debía de pagar. En el aspecto gráfico, Nadar utiliza el color por vez primera en sus colaboraciones con Frey con un resultado magnífico.
También destaca su gran la labor de documentación y lo bien caracterizados que están los personajes reales. Su trazo evoca perfectamente la época en la que está ambientado el tebeo y su capacidad narrativa brilla sobre manera en las numerosas escenas mudas. Especialmente en la recreación de los gags visuales. En definitiva, un fantástico tebeo que retrata fielmente un personaje injustamente olvidado y cuyo tema está tristemente de actualidad con la cultura de la cancelación de la era del #metoo. Un fenómeno viral donde en ocasiones el juicio popular pasa por encima de la presunción inocencia.

Sobre la edición de Fatty: El primer rey de Hollywood
Astiberri edita Fatty: El primer rey de Hollywood en un volumen de tapa dura sin sobrecubiertas. En el interior papel y reproducción gráfica de máxima calidad. Como extras incluye un artículo sobre la figura de Arbuckle de Serge Bromberg.

Fatty: El primer rey de Hollywood
Edita: Astiberri
Lanzamiento: Octubre 2022
Formato: Cartoné
Tamaño: 17 x 24 cm.
Autor/es: Julien Frey, Nadar
Traducción: Lucía Bermúdez
Páginas: 208 pags.
Interior: Color
ISBN: 9788418909481
Precio: 25,00 €
Fatty: El primer rey de Hollywood
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La estrella olvidada
En 1921 un incidente en la fiesta privada del primer rey de Hollywood acabó con la carrera de este. Nadar y Frey nos traen la biografía de Roscoe "fatty" Arbuckle, un comediante que pagó con creces el precio de ser libre y hacer reír al público.