Hoy reseñaremos un nuevo tomo de Marvel, publicado recientemente por Panini Comics. Se trata de Pantera Negra y los Agentes de Wakanda 1: En el Ojo de la Tormenta, a cargo del guionista Jim Zub y el dibujante Lan Medina. En este tomo descubriremos las aventuras de los Agentes que recopila los 6 primeros números de la serie.

Un grupo condenado al fracaso
En Pantera Negra y los Agentes de Wakanda estamos ante un nuevo equipo de héroes. Los Agentes de Wakanda debutaron recientemente dentro de la colección regular de Los Vengadores, a cargo del famoso guionista Jason Aaron. Es por ello que Marvel ha querido aprovechar una nueva ocasión para ampliar su catálogo con esta nueva serie. Escrita por Jim Zub y con el dibujo de Lan Medina, en este primer tomo se nos contará las aventuras de Pantera Negra, Okoye, el Hombre Gorila, Nydo, Ka-Zar, Cobra Gorda, Broo, las Dora Milaje, Hombre Lobo, la Avispa y Pájaro Burlón, entre otros personajes que irán haciendo acto de presencia en algunos números. No cabe duda de que nos encontramos ante un grupo que, a priori, no encaja.
La composición de miembros llega a tener menos sentido que la de Salvajes Vengadores, ya que no siempre llegaremos a hallar un nexo común entre todos ellos. La misión de los Agentes de Wakanda es enfrentarse a amenazas que los Vengadores no pueden realizar, por lo que se trata de operaciones secretas, similar al trabajo que realizaba S.H.I.E.L.D y otras agencias de espionaje alrededor del mundo. Estarán comandados por T’Challa y supervisados por Okoye, la mano derecha del gobernante de Wakanda. Esto les llevará a diferentes realidades alternativas y misiones peligrosas tanto dentro como fuera del planeta, mientras van atrayendo a otros miembros a sus filas.

Pantera Negra y los Agentes de Wakanda: una serie sin el gancho necesario
En el primer arco, el grupo investigará una extraña perturbación que sucede en Oklahoma. Aquí veremos cómo tendrán que combatir contra dobles suyos y otras visiones que dejarán impactados a los componentes con el Vigia de por medio. A continuación, lucharán contra una extraña criatura que vive en la Luna, mientras se ahonda en la historia de Man-Wolf. Y por último, el carismático Deadpool aparecerá para añadir sus toques de humor y comedia mientras presenciamos la supuesta vuelta de Nick Furia. Todos los arcos argumentales de Pantera Negra y los Agentes de Wakanda cuentan solamente con dos números para su desarrollo y tendrán gran importancia las relaciones entre los personajes. Sin embargo, en ningún momento consigo disfrutar esta historia.
El concepto de este grupo es hacer una amalgama con héroes muy secundarios mientras se aprovecha el insólito tirón que parece tener Pantera Negra. Pese a que el canadiense Jim Zub ha realizado prácticamente todo su trabajo en Marvel realizando historias sobre equipos superheroicos, como los Thunderbolts, los Vengadores y los Campeones, en ningún momento resulta creíble la unión de todos ellos. Además, intenta que los relatos giren en torno a una trama política y de espionaje, pero que a la vez mantenga claramente elementos superheroicos. El resultado es que fracasa en ambos sentidos, quedando un tomo insulso, prescindible y que apenas genera interés. No es de extrañar que fuera cancelada tras el octavo número, pese a tener programados más lanzamientos. Su principal seña de identidad es la mediocridad narrativa que maneja.

Un apartado visual que salva la función
Sin embargo, lo que salva en cierta medida Pantera Negra y los Agentes de Wakanda es el buen arte de Lan Medina. El filipino cuenta con bastantes aclamadas cómics a sus espaldas. Fue el primer dibujante de la aclamada colección del sello Vertigo, Fábulas, antes de que Mark Buckingham tomara las riendas en lo referente al apartado visual. También lo pudimos disfrutar en la colección de The Punisher: MAX y en otras obras menores de Vertigo y de colecciones centradas en el terror.
Sus lápices aquí son muy dinámicos, otorgándonos buenas peleas y combates. Las composiciones de páginas son correctas y se nota un aceptable uso de la narrativa gráfica. En ocasiones hace uso de splash-pages y otros elementos para un acertado e impactante despliegue visual lleno de detalles. Pese a que no es un arte como para considerarlo una obra maestra o sobresaliente, sí logra cumplir con las expectativas y se hace disfrutable. Y ya si se pone en contraposición con el errado guion, las diferencias son aún más notables.

En definitiva…
Se nota que se ha querido apostar por el tono ligero e intrascendente que maneja muchas películas del Universo Cinematográfico Marvel, mientras se aprovecha la popularidad de Pantera Negra; un personaje del que nunca entenderé esa fascinación. El resultado es un cómic que pretende ser divertido pero que en ningún momento lo consigue, con unas interacciones forzadas, unas tramas insulsas cuyo único punto a favor es que no se estira más allá de los dos números y unos personajes nada carismáticos.
Lo mejor es el arte, el cual consigue inflar la puntuación que puede llegar a recibir en su valoración global. Tras leerlo, es fácil de entender por qué fue rápidamente cancelado en Estados Unidos y el motivo por el que las ventas fueron tan bajas. Seguramente aguantó 8 números en vez de menos porque visualmente sí está acertado. Una serie que no dejara una huella pero que puede tener algún interés para completistas del personaje o de sus autores.

Sobre la edición
Panini Cómics nos trae este tomo que cuenta con un total de 136 páginas. Recopila los números 1 a 6 de la colección USA de Black Panther and the Agents of the Wakanda. Su precio es de 14€, guardando una buena relación con la calidad del papel y la edición española.

Pantera Negra y los Agentes de Wakanda 1 – El ojo de la tormenta
Edita: Panini Cómics
Autores: Jim Zub, Lan Medina
Número de páginas: 136 pp
Tamaño: 17 X 26 cm.
Contiene: Black Panther and the Agents of Wakanda 1-6
Formato: Tomo
Interior: Color
ISBN: 9788413345086
Precio: 14,00 €
Pantera Negra y los Agentes de Wakanda 1
NUESTRA NOTA - 55%
55%
Aprobado raspado
Salvable por el dibujo de Lan Medina, pero floja por el guion de Jim Zub. Una obra que pretender tocar diferentes aspectos, pero que no acierta de pleno en todos ellos. Prescindible y solo para completistas