Hablamos del tomo integral del Thor de Kieron Gillen. Un volumen que aborda las consecuencias del asedio de Asgard, y el cierre de algunos flecos pendientes de la etapa de Straczynski en Thor con la llegada de Gillen a la cabecera

Seguir las líneas argumentales abiertas por Straczynski e inconclusas tras su marcha, y el reto para Gillen
Antes de hablar del integral del Thor de Kieron Gillen un poco de contexto. Y empezamos por indicar que lo que indica el titular de este bloque es primordial. Cuando Straczynski estuvo guionizando las aventuras del Dios del Trueno, no llegó a completar su etapa, quedando cosas por cerrar antes de que otra persona le relevase. No está de más decir que Straczynski arrancó su labor tras el Ragnarok, siendo Thor el primero en volver a la vida tras el final de su mundo y sus camaradas. A raíz de ahí, Thor no solamente tuvo que buscar un emplazamiento para lo que sería Nueva Asgard, sino también encontrar a otros asgardianos.
Pues bien, Nueva Asgard se ubicó inicialmente en Oklahoma, aunque los asgardianos resucitados, guiados por Balder, terminaron en las tierras del Doctor Muerte (con quien conspira Loki). Es aquí cuando salió de la colección Straczynski, entrando en liza Gillen. En ese sentido, se mantiene la narrativa respecto a la alianza entre Loki y el Muerte, estando el primer arco argumental del tomo a esta situación. ¿Por qué siguen desapareciendo asgardianos? ¿Qué hace Muerte con ellos? ¿Y qué ha sido de Thor, que fue enviado al exilio por Balder? Las respuestas están en estas páginas.

El asedio de Asgard, piedra angular del tomo, aunque quede desdibujado
Lamentablemente, hay que decir que este tomo no puede leerse por sí mismo como obra independiente de otras, pues es tremendamente inconexo en su mayoría y requiere necesariamente otras lecturas previas. La principal es «Asedio«, pero además conviene haber seguido un poco «Vengadores Oscuros«, serie esta última que, de forma un tanto inexplicable, sale en Must Have posteriormente tanto a «Asedio» como a «Vengadores Oscuros». Y por último, no viene mal saber que, tras «Invasión secreta«, Norman Osborn fue nombrado como sustituto de Tony Stark, lo que trajo posteriormente tanto la aparición de su versión oscura de Los Vengadores, como el estallido de su locura.
Él fue quien quiso destruir Asgard. Pues bien, el grueso de este tomo vienen a ser los números relativos al asedio de Asgard publicados en la cabecera de Thor. Al ser un mega-evento que tuvo su aparición como miniserie, lo más importante transcurre en dicho formato, quedando relegada la cabecera del Dios del Trueno a contar cosas separadas que, si uno no quiere leer o bien no ha leído «Asedio», le van a dejar en fuera de juego a menudo. Baste saber que aquí tendrán su momento de gloria diferentes personajes, como Volstagg, Heimdall o Balder, por no olvidarnos de Thor.

El destino de las almas asgardianas cuando no existe el Hel original
Pero tendremos pocas escenas esenciales de la batalla en sí, limitándose a aparecer algunas residuales. No obstante, sí se verá a modo de resumen un poco cómo acaba el conflicto que dirimirá la supervivencia de los asgardianos. Y a partir de ahí, relacionado con eso, vendrá el siguiente arco argumental. Cabe recordar que Hel no existe, al menos no el originario. El que se verá aquí está ubicado en el Infierno, en uno de los terrenos de Mefisto, habiendo sido concedido su uso a Hela con la intermediación de Loki. Pues bien, las almas de los asgardianos que han fallecido en el combate reciente, tendrán que ir ahí, al Infierno.
El problema es que existen unas criaturas que se alimentan de este tipo de almas, y una de sus prohibiciones es no poder comer en el auténtico Hel. Pero claro, dicho Hel ya no existe, así que… ¿Tendrán el buffet libre con los nuevos protegidos de Hela? A la hora de abordar la labor de los autores, hay que decir que los guiones de Gillen no nos han parecido especialmente buenos. No dejan de ser pasables en el mejor de los casos, siendo quizás su arco argumental más interesante el último, el del nuevo Hel.

Un apartado artístico sólido
El primer tramo de este tomo es un refrito de Frankenstein, y los números de Asedio podrían haber estado mejor trabajados para que alguien que únicamente quisiera leer la cabecera de Thor, pudiera disfrutar bien de ello. Quizás ha jugado en su contra que Straczynski dejó bastante alto el listón, y él no ha estado a la altura de las circunstancias. No obstante, es un trabajo pasable, aunque no sea para tirar cohetes. En el apartado gráfico, y teniendo en cuenta que participaron varios dibujantes, es más complicado tener una opinión general, si bien el arte de Billy Tan y Doug Braithwaite es el que más nos ha gustado.
Respecto a Tan, por su tipo de trazo limpio y dinámico, mientras que Braithwaite tiene un estilo que da esa sensación de ser un dibujo artesanal que no haya sido entintado, y eso siempre es plato de buen gusto con un talento como el suyo. El resto de artistas no desentonan, aunque no llegan al nivel de estos dos, y menos si recordamos que el dibujante estrella de Straczynski fue Olivier Coipel. Queda, por tanto, un tomo que tiene su mejor baza en recopilar la etapa de Gillen con el Dios del Trueno, pero que no puede disfrutarse como lectura única, pues «obliga» a leer otras cosas previas, y en un caso como éste es más un hándicap que un beneficio.

Sobre la edición del Thor de Kieron Gillen
Panini cómics edita este integral con el Thor de Kieron Gillen en un tomo de tapa dura sin sobrecubiertas. En el interior papel y reproducción gráfica de máxima calidad. Como parte del contenido extra tenemos portadas alternativas, algunos bocetos de páginas y otras cosas.

Marvel Integral. Thor de Kieron Gillen
Edita: Panini cómics
Editorial Original: Marvel Comics
Autor/es: Billy Tan, Doug Braithwaite, Jamie McKelvie, Richard Elson, Kieron Gillen
Fecha de lanzamiento: 24 mar 2022
Páginas: 320 pags.
Tamaño: 18 x 27.5 cm
Contiene: Thor 604-614, Siege: Loki y New Mutants 11
Formato: Tapa Dura
Interior: Color
ISBN: 9788411013987
Precio: 35,00 €
Marvel Integral. Thor de Kieron Gillen
NUESTRA NOTA - 60%
60%
Pasable sin más
El tomo se puede leer y entretiene, pero no es la mejor etapa de Thor, y destaca más el apartado gráfico que el narrativo. Para completistas del personaje.