ECC nos trae una historia más de terror bajo el nuevo sello Hill House Comics, Daphne Byrne, de Laura Marks, Kelley Jones y Michelle Madsen. Un ejercicio interesante con conceptos bien planteados, pero lejos de lo mejor que es capaz de ofrecer el sello orquestado por el bueno de Joe Hill.

El terror en su lugar
El debutante sello Hill House Comics, perteneciente a DC Comics, lleva un tiempo trayéndonos historias de terror de lo más variopintas tanto por su calidad, como por los temas que abordan y sus equipos creativos. Esta primera hornada la componen: Un cesto lleno de cabezas, obra guionizada por Joe Hill que inauguró el sello, La familia de la casa de muñecas, En lo profundo del bosque, Inmersión y esta Daphne Byrne. Historias independientes y conclusivas que vuelven a ensalzar al género de terror y oxigenan un mercado norteamericano hasta los topes de obras (y obrones) de ciencia ficción, principalmente de Image Comics, y, como no, de superhéroes.
Laura Marks y compañía se unen al amplio conjunto de artistas que aportan su granito de arena a este proyecto con Daphne Byrne. La obra que nos ocupa nos lleva al Nueva York del siglo XIX donde Daphne Byrne, una joven de catorce años, comienza a tener contacto con un extraño ser sobrenatural. Dicho ser, maligno, por supuesto, tratará de sacar lo peor de una protagonista confundida y solitaria tras la pérdida de su padre.

Daphne Byrne: mejor planteamiento que desarrollo
Nos encontramos ante una historia típica de presencias perturbadoras desde el otro lado. La amenaza a lo mundano es un ser, podemos suponer que se trata de un demonio no confirmado, del cual no sabemos nada, lo que nos lo hace más desconocido y, en este contexto, más terrorífico. Marks sabe explotar bien este concepto durante toda la obra siendo uno de sus grandes puntos a favor. Por otra parte, el ambiente supersticioso de finales del siglo XIX es el marco ideal para unos personajes principales, madre e hija, que resultan especialmente receptivos, aunque de distintas maneras, a los encuentros con el más allá.
Con todos estos ingredientes, la guionista nos ofrece una clásica y retorcida historia de autodescubrimiento personal con giro hacia el terror. Una adolescente perdida a todos los niveles que se encuentra con una presencia extraña que termina por convertirse en su único asidero para seguir adelante. Una premisa muy interesante y bien planteada que no lo es tanto en su desarrollo.

Un ritmo atropellado
Ya sea por percepción subjetiva o por tener una longitud más corta de la necesaria, puede que hubiesen sido mejor ocho números en vez de seis. La historia de Daphne Byrne parece que corre. Que va con prisas sabiendo que tan solo cuenta con media docena de números y tiene mucho que narrar. Llegados a cierto punto del cómic, los acontecimientos se precipitan uno tras otro sin dar apenas tiempo ni a los personajes ni al lector. Y esto se mantiene hasta el final. El otro problema palpable es la extraña relación entre el demonio y Daphne. A veces romántica, a veces fraternal.
Es un aspecto que puede estar plasmado así de forma intencionada, pero que deja al lector algo descolocado. A lo cual se le suma una protagonista extremadamente voluble, algo que llega a hacerse pesado pese a tratarse de una niña de catorce años con los problemas que sabemos que tiene. Con todo, no estamos de ninguna manera ante un mal cómic, aunque sí es cierto que algún que otro personaje tiene reacciones y comportamientos muy convenientes para que el ritmo de la trama no descanse. Lo que más lastra al cómic es precisamente eso, un ritmo al que le hubiera venido bien algo más de pausa.

Jones y Madsen se complementan en un buen apartado gráfico
En el apartado de dibujo tenemos a Kelley Jones, un viejo conocido de DC, artífice de obras como Deadman: amor después de la muerte y Deadman: exorcismo. Cabe mencionar que participó también junto a Neil Gaiman en la legendaria Sandman. Con un trazo más detallado en el entorno que en los personajes, Jones nos introduce en un ambiente oscuro y opresivo, con un abundante y efectivo uso de sombras amenazantes que casi llega a cansar por pura repetición. Teniendo en cuenta la dificultad de trasladar el terror al medio del cómic, Kelley Jones realiza un trabajo bastante aceptable.
Si bien a veces dibuje la cara de la protagonista completamente diferente a la de la viñeta anterior. Redondea el apartado visual la colorista Michelle Madsen, que con una paleta variada donde predominan los colores oscuros, complementa al dibujo y ayuda a reflejar el ambiente de terror que necesita la obra. Daphne Byrne es una entretenida historia con luces y sombras. Quizá no sea de lo más destacable de Hill House, pero cumple. Recomendable para cualquier fan del terror y de los cómics publicados bajo el sello de Joe Hill.

Sobre la edición de Daphne Byrne
Ecc cómics edita Daphne Byrne en un volumen de tapa dura sin sobrecubiertas. En el interior papel y reproducción gráfica de máxima calidad. Como extras incluye las –estupendas– portadas originales de Piotr Jablonski y de Sam Wolfe Connelly. También algunas portadas alternativas a manos de varios autores así como bocetos y sketches de Kelley Jones. Como colofón se incluye una entrevista con los autores de la obra que ayuda a comprender la génesis de la miniserie. Una buena cantidad de material para una edición, en general, sobresaliente.

DAPHNE BYRNE (HILL HOUSE COMICS)
Edita: Ecc comics
Autores: Laura Marks, Kelley Jones
Material Original: Daphne Byrne núms. 1-6 USA
Formato: Cartoné
Tamaño: 257 x 168 mm.
Páginas: 160 páginas. A color
ISBN: 978-84-18784-70-5
Precio: 18,95 €
Daphne Byrne
NUESTRA NOTA - 70%
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Goticoterrorifico
Una nueva historia de terror editada por ECC que nos lleva a la Nueva York de la edad victoriana. Un cómic entretenido, aunque algo irregular, recomendable para cualquier fan del género.