Hablamos del Vengadores de los Baldíos 3 recién editado por Panini cómics. Un número que da el finiquito a este universo alternativo creado por Mark Millar en 2008.

Todo llega a su fin y parece que por parte de Marvel los Baldíos han llegado a ese punto.
Después de una cuantas miniseries es lógico que haya un descanso, ya que seguro que en un futuro la editorial Marvel vuelva a los Baldíos a relatarnos más aventuras de ese Universo que creó Mark Millar en el año 2008 con El viejo Logan. Doce años, como pasa el tiempo ¿No? Pues con este Vengadores de los Baldíos 3, llegamos a este momentáneo fin de trayecto. Con una mayoría de los miembros adolescentes. Pero que tienen el arrojo y demostrando una madurez que solo por eso pueden decir que hacen honor al nombre de «Vengadores». Recordad que podéis leer nuestras reseñas de los números [1] y [2]
Si hacía falta un villano de renombre y que fuese a quien había que derrotar para intentar cambiar las cosas, ese era Victor Von Doom, más conocido en España como Dr. Muerte. Y no ha perdido el tiempo en estos números ni mucho menos. Derrotando –matando más bien– a sus competidores que antes se repartieron el pastel junto a él en cuanto al territorio dominado. Manipulando incluso a uno de los héroes, el actual Hombre Hormiga, para que traicionase a sus compañeros. Todo al estilo «Muerte», que majete es siempre este hombre, en serio. A mí me provoca ternura aún con lo cabroncete que es.

Irse a lo grande.
Es lo que quiere Muerte. No tener un final indigno, alejado de su honor, algo quintaesencial en el personaje. De ahí que todo ello conlleve a un clímax que él ha ido reconduciendo a conciencia. Donde los protagonistas son los héroes y él va a ejercer del malo de la función que al mismo tiempo lo es, no nos engañemos. Porque para el archienemigo de Reed Richards y compañía no hay más amarga derrota que la de su propio cuerpo, no caer en batalla. De ahí que veamos algunos intentos suyos por recrear al cuarteto fantástico y pelear contra ellos como acto final, pero no consiguiéndolo finalmente porque el Destino rechaza esa aspiración del Monarca Latveriano. Por eso estos jóvenes Vengadores sean su válvula de escape, pero nuevamente demuestran que el heroísmo muchas veces queda patente con una derrota y no con una muerte.
Una gran labor tanto de Ed Brisson en el guion como de Jonas Scharf en el dibujo, que si bien vuelvo a repetir que sus personajes parezcan algo retacos, sabe desenvolverse perfectamente en ese mundo devastado. Dejando ambos autores un final esperanzador en un mundo que siempre ha estado con esa aura negativa y pesimista que mostró Millar en un primer momento. Veremos si en un futuro volvemos a este mundo. Y cuáles serán los obstáculos y nuevos enemigos a los que se enfrentarán este grupo de héroes u otros que aparezcan. Buen Broche de Oro y sobre todo nada alargado, lo cual se agradece enormemente. Algo de lo que debería tomar nota Marvel, no siempre más largo, es mejor.

Sobre la edición de Vengadores de los Baldíos 3
Como en los números precedentes de la miniserie, Panini Cómics edita este Vengadores de los Baldíos 3 en formato grapa. En el interior, papel y reproducción de máxima calidad. Como extra, un Spot-On de Julián M. Clemente.

Vengadores de los Baldíos 3 de 3 – ¡Batalla por el destino de los Baldíos!
Edita: Panini cómics
Autores: Ed Brisson, Jonas Scharf
Número de páginas: 24 pp
Tamaño: 16,8 X 25,8 cm
Contiene: Avengers of the Wastelands 5
Formato: Grapa
Interior: Color
ISSN: 977000559300500003
Precio: € 3,00 €
Vengadores de los Baldíos 3 de 3
NUESTRA NOTA - 75%
75%
RECOMENDABLE
Ed Brisson y Jonas Scharf cierran el Universo que creó Mark Millar con el Viejo Logan. Un clímax donde el Dr. Muerte y este nuevo grupo de Vengadores no dejarán indiferente a nadie. Y sobre todo, lo bueno y breve dos veces bueno. Más números no creo que hubiese sido muy positivo en este caso.

Algunos devoran almas, otros hamburguesas, a mí me dio por los cómics a tierna edad y ahí sigo.
Igual leyendo a un hombre trepar paredes, blandir un martillo mágico, o ser un maestro del disfraz en una agencia secreta, lo que acababa en mis manos ahí iban mis ojos.