Hablamos del tomo Warlock de Jim Starlin, un magnífico volumen que Jim Starlin despliega su genialidad creando el Marvel más cósmico. Historia del comic superheroico con mayúsculas.

Jim Starlin, el padre del universo cósmico Marvelita
Es curioso como leyendo este Warlock de Jim Starlin uno tiene la sensación de que El Guantelete del Infinito y su influencia posterior en el UCM es únicamente fruto del final apresurado de este tebeo. Y también es curioso comprobar cómo una obra terminada de forma prematura en los años setenta pueda ser el epítome de la carrera de Jim Starlin. Veamos el porqué. En la Marvel de los años 70 y 80 s se dio la situación de que a ciertos autores prometedores se les concedieran series en declive. En ellas –y debido a sus malas ventas– estos artistas podían desarrollar sus ideas y su talento sin ningún freno a su creatividad.
Vamos, un win-win de manual. Fruto de esta acertada decisión vieron la luz obras tan importantes como el Daredevil de Frank Miller, el Thor de Simonson o el Capitán Marvel de Jim Starlin. Siendo en esta última, donde además de recuperar a Thanos, Starlin comenzó a desarrollar la cosmología del Universo Marvel. Un tebeo en el que, en la saga del Cubo Cósmico, el Titán Loco alcanzó por primera vez la omnipotencia. Así que siguiendo esa política de probar historias “autorales” con pocos riesgos, Marvel resucitó dos cabeceras para desarrollar la nueva idea de Starlin: Strange Tales y Warlock.

Poniendo las cosas en orden
Concretamente los números #178-181 de Strange Tales y Warlock #9-15. Además de utilizar el séptimo anual de Los Vengadores y el de Marvel Two-In-One para rematar una historia que había quedado inconclusa por falta de ventas. Una política, la de utilizar otras cabeceras para dar un final a los argumentos colgados, bastante común en Marvel. Y que nos ha dejado momentos editoriales tan gloriosos como acabar una historia de los Inhumanos en Daredevil. Menos mal que en este caso se soluciona sin chirriar mucho y el síndios para nuestra suerte está recopilado en su totalidad en este tomo.
Después de su trabajo en el Capitán Marvel -y de cocrear a Shang Chi– Starlin ve al olvidado Adam Warlock como perfecto vehículo para sus ideas. Un personaje que hizo su primera aparición como Él en los Cuatro Fantásticos. Surgido de las manos de Stan Lee y Jack Kirby, Él era un humano perfecto creado artificialmente por el Enclave. Un grupo de científicos de la Tierra. Después de esta historia, en la que se rebelaba contra sus creadores, Él viaja por el espacio hasta acabar en la Contratierra. Allí, además de recibir el nombre de Adam Warlock y la Gema del Alma de su frente, conoce también al Alto Evolucionador.

A lo grande, pero bien
Y gracias a los autores de la Saga –Roy Thomas y Gil Kane– además de derrotar al Hombre-Bestia, el personaje sufre un giro mesiánico perfecto para las nuevas intenciones de Starlin. En ellas Starlin comienza a utilizar todos sus tropos habituales. Es decir, su grandilocuente estilo trágico y los conceptos filosóficos favoritos del autor elevados a la máxima expresión. Para ello, primero enfrenta a Warlock contra el Magus y su «Iglesia Universal de la Verdad«. Un conflicto que deviene no solo en religioso sino también en interior.
Ya que aunque el trasunto de la Inquisición y la Iglesia Católica es un principio el enemigo principal al final se revela que el verdadero adversario es el mismo. Puesto que el Magus no es otro que el yo futuro de Adam. No contento con este combate, cuya resolución es bastante radical para la época, Starlin además convierte al personaje en un avatar de la Vida. Sí, con mayúsculas. Y todos sabemos cual es el Campeón marvelita de la Muerte. Thanos. Y es este enfrentamiento la historia más influyente y seminal de la Marvel de los 70. Un curioso legado que marca todo el Panteón Cósmico de la editorial –y del UCM– desde los 90 hasta nuestros días.

Una joya -del infinito- de tomo
Y que como dijimos en la introducción, su desarrollo fue abortado por las malas ventas. Tanto es así que la primera reunión de las Gemas del Infinito se produce en tan solo cinco viñetas. Una solución resumida por falta de espacio –como el enfrentamiento mortal de Gamora contra Thanos que nunca vemos– que a pesar de ello tiene tanto potencial que el final de los dos Anuales incluidos aquí tiene páginas que aún resuenan en las mentes de los lectores de la época. En el aspecto gráfico está más que justificado el gran formato de esta edición. Su arte –embellecido por Steve Leialoha– es espectacular.
Juntos son capaces no únicamente de narrar de manera impresionante los altos conceptos del autor. También son capaces de crear mundos y mundos poblados por planetas y seres muy variados y originales. Su labor es maravillosa y el gran tamaño de este tomo nos permite disfrutarla en todo su esplendor. Su trabajo sigue siendo memorable y su frescura y atrevimiento formal se mantienen igual de vivos que en su día. En definitiva, uno de esos volúmenes imprescindibles y trascendentales en todos los sentidos de la palabra.

Sobre la edición del Warlock de Jim Starlin
Panini cómics edita este Warlock de Jim Starlin en su MONUMENTAL formato “Marvel Gallery edition” en un volumen de tapa dura de 33×23 cm. En el interior papel y reproducción gráfica de máxima calidad. Como extras incluye reproducciones de los bocetos de Al Weiss para una historia que nunca se imprimió. También portadas de diversas reimpresiones y páginas completadas para el fanzine interno de Marvel. Asimismo, contiene bocetos y páginas originales de Jim Starlin y diversas ilustraciones. Cierra esta tanda de material extra, una introducción “editorial” de Al Milgrom y fichas de los personajes.

Marvel Gallery Edition 2 – Warlock de Jim Starlin
Edita: Panini cómics
Editorial Original: Marvel Comics
Autor/es: Jim Starlin
Fecha de lanzamiento: 14 sept 2023
Páginas: 360
Tamaño: 23.5X33
Contiene: Strange Tales 178-181, Warlock 9-15, The Avengers Annual 7 y Marvel Two-In-One Annual 2.
Formato: Tapa Dura
Interior: Color
ISBN: 9788411506960
Precio: 55,00 €
Warlock de Jim Starlin
NUESTRA NOTA - 91%
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COSMICO
Jim Starlin definiendo un propio subgénero, haciendo historia del noveno arte y demostrando que en Marvel, cuando —aún— se podía experimentar, las puertas a material tan diferente como estimulante estaban abiertas. Un clásico mayúsculo.