Hablamos del tomo Marvel Gold Los Nuevos Mutantes 2, un volumen que recoge integra la etapa de Bill Sienkiewicz y Chris Claremont en Los Nuevos Mutantes. Una etapa que revolucionó la industria a comienzos de los ochenta.

Bill Sienkiewicz a la vanguardia de la vanguardia
Hay etapas capaces de marcar para siempre una colección o la carrera de un autor. Obras maestras atemporales que trascienden cualquier género y época. El lector veterano –y no tan veterano– seguramente tenga asociada una imagen a la serie de Los nuevos mutantes. Y esta, seguramente, sea la del excepcional arte de Bill Sienkiewicz. Un dibujante vanguardista que revolucionó, casi de la noche a la mañana, lo que la industria estipulaba sobre el dibujo en el noveno arte. ¿Fue realmente tan rompedor este salto? Pasad con nosotros a la escuela para jóvenes talentos del Profesor X. Hoy hablaremos sobre Los Nuevos Mutantes 2 de Sienkiewicz y Claremont.
Estadounidense de ascendencia polaca, Bill Sienkiewicz, nació el 3 de mayo de 1958 en Blakely, Pensilvania. Años después su familia se mudó a la pequeña localidad de Hainesville, lejos del bullicio de las grandes urbes. Aficionado a los cómics desde temprana edad, su admiración por autores como Jack Kirby o Neal Adams lo llevó a aprender dibujo de forma autodidacta copiando viñetas de estos y otros dibujantes. Este amor por el arte cristalizó con su ingreso en la Newark School of Fine and Industrial Arts donde obtuvo un grado en artes. En este periodo absorbió técnicas y estilos de decenas de autores, tanto clásicos como vanguardistas. Algo que posteriormente afloraría en su particular y heterogéneo estilo de dibujo.

La revolución en la escuela del Profesor X
Un portafolio enviado a las majors –editoriales mayoritarias– al finalizar sus estudios llegó a manos de Marvel, quien, de inmediato, se interesó por aquel novato. Tras algunos one-shots sueltos, en Hulk y Los Cuatro Fantásticos, Jim Shooter –editor jefe en aquel momento– le adjudicó los lápices de la colección del Caballero Luna. Sus primeros números mostraban una fuerte influencia del dibujo de Neal Adams. Algo que pareció cambiar cuando empezó a desembarazarse de cualquier influjo previo, aflorando así su estilo propio. Un estilo vanguardista y rompedor que llamaría la atención de toda la industria. Por esto y pese a que las ventas no acompañaron, Marvel continuó con la serie algunos meses más. Tras el número #30 de Moon Knight, Sienkiewicz saldría de la colección con intención de cambiar el universo mutante.
Tras el –inesperado– éxito de Sienkiewicz, Shooter le ofreció, en primer lugar, hacerse cargo de la colección estrella de la editorial; La Patrulla-X. Y aquí difieren las versiones sobre la respuesta que dio el dibujante. Hay quien asegura que no estaba dispuesto a asumir una responsabilidad tan grande, algo que el propio Sienkiewicz habría dicho a Marvel. Pero hay quien afirma que el estilo vanguardista de Sienkiewicz no encajaba en una colección como aquella. La serie más emblemática y popular de la casa de las ideas no podía correr riesgo creativo alguno. Sea como fuere, el joven historietista, recaló en otra serie. Una con tan solo 18 números editados y con todo un mundo de posibilidades por delante: Los Nuevos mutantes.

Un giro a la oscuridad para la serie
Los Nuevos Mutantes fue una iniciativa entre Jim Shooter y Chris Claremont. El primero era consciente de que la actual Patrulla-X había perdido ese encanto de “jóvenes mutantes buscando controlar sus poderes”. Los antiguos estudiantes del Charles Xavier eran adultos, parte de un equipo totalmente operativo y multicultural. Ya no tenían nada que aprender de su antiguo mentor. Buscando recuperar este espíritu, Chris Claremont puso en marcha Los Nuevos Mutantes. Se quería repetir la fórmula de la Patrulla-X original. Y al menos en sus primeros 17 números así fue. Un nuevo grupo formado por Mancha Solar, Loba Venenosa, Bala de Cañon, Danielle Moonstar y Karma ocupó el status de «X-Babies» bajo los lápices de Bob Macleod. La llegada de Sienkiewicz en New Mutants #18 cambió la dinámica juvenil y casi naif de la colección.
Chris Claremont escribió para su debut con el dibujante un arco de corte terrorífico-sobrenatural llamado «La saga del oso místico» que acompaño a aquel cambio radical en lo gráfico. Sienkiewicz había roto todo canon o referencia a dibujantes previos. Había plasmado en papel algo que no podía encontrarse en la industria en aquel momento, erigiéndose como único representante de un estilo único e indefinible. El dibujante había movido sus referentes gráficos, desde Neal Adams a Ralph Steadman. Los nuevos mutantes eran una explosión de surrealismo, abstracción y expresionismo. Viñetas descuadradas y aparentemente amontonadas unas encima de otras, una mezcla de técnicas en cada número. Distorsión en perspectiva, color, proporciones y narrativa. Y pese a todo, en total equilibrio. Algo nunca antes visto. Y quizás algo para lo que los lectores no estaban preparados.

¿Hay vida después de Sienkiewicz ?
O al menos no en su mayoría, ya que este rupturismo con la línea clásica de su predecesor, Bob Mcleod –heredero de los Buscema o Romita-, fue demasiado abrupto. El arte casi onírico, umbrío y descarnado de Sienkiewicz casaba a la perfección con el tono oscuro y amenazador del guion de Claremont. Y lo que iba a ser una colaboración de solo tres números se prorrogó durante varios arcos más. La condición de serie secundaria, y cada vez más alejada de su serie madre, daba carta blanca a unos autores con un evidente espíritu trasgresor y de experimentación. Ello les llevo a innovar con la creación de personajes singulares para un cómic-book. Ya fuera un ser tecno-orgánico como Warlock -en la imagen superior– o un esquizofrénico con poderes casi ilimitados como Legión, hijo del Profesor X.
Durante catorce números, Los nuevos mutantes fueron el campo de experimentación de dos visionarios. Y por el camino quedaron personajes y arcos argumentales que aun a día de hoy son recordados por los aficionados. Números que son parte de la historia del noveno arte. Jamás hubo ni ha vuelto a haber una serie tan rupturista, libre, arriesgada y experimental en Marvel. El número #31 supuso la despedida de Sienkiewicz y el retorno a una normalidad, ahora dolorosa, para quienes habían aprendido a apreciar esta pequeña revolución visual. No obstante, los nuevos mutantes seguían adelante, todavía con Claremont al timón de los guiones.

Una rara avis hija de su tiempo
Los números 32 al 34, incluidos en este segundo recopilatorio, tuvieron dos dibujantes más, así como los Special Edition 1 y The Uncanny X-Men Annual 9. Estos dos últimos cruces con el macroevento Guerras Asgardianas y dibujados por los sustitutos de Sienkiewicz , Art Adams y Steve Leialoha. Con estilos más convencionales, al igual que Bob Mcleod, quien se encargaría del Annual 1, también incluido en el tomo. La marea bajó y las aguas mutantes siguieron su cauce, por suerte para la mayoría sin demasiadas innovaciones repentinas.
Pero para bien o para mal, Sienkiewicz se ha había convertido en la vara de medir en los Nuevos Mutantes, y hasta la conclusión de la serie en su número 100 –donde pasaría a llamarse X Force– nadie se pudo acercar, ni de lejos, a su inmenso genio creativo. En conclusión, la etapa de Bill Sienkiewicz en Los Nuevos Mutantes supuso un hito en la industria. Un auténtico canto a la experimentación en uno de los momentos más innovadores de Marvel desde los setenta.

La revolución efímera del noveno arte
La confirmación de que otra manera de abordar el noveno arte, siendo fiel a un género, pero trasgrediendo un estilo, era tan posible como necesario. El estilo expresionista de Sienkiewicz abrió horizontes a otros autores que se atrevieron a experimentar. Y eso, en una empresa tan monolítica como la casa de las ideas, es algo realmente raro. Y el propio dibujante logro algo inaudito, evolucionando desde un clon de Neal Adams a una voz propia e inimitable. Argumentalmente, también hubo un logro.
Algo que no extrañaba a nadie siendo Claremont el padre de los mutantes modernos y su mayor valedor en esa y la siguiente década. Pero aquí mostró su cara más oscura. Poniendo negro sobre blanco tramas o situaciones que en la serie madre, La Patrulla-X no hubiera podido, seguramente, publicar. Esto convierte a esta etapa en IMPRESCINDIBLE. Y necesaria para cualquier amante del noveno arte, indistintamente de su edad, bagaje o experiencia en el medio. Estos números son arte, son noveno arte, son magia.

Sobre la edición de Los Nuevos Mutantes 2
Panini Comics edita este Los Nuevos Mutantes 2 en un recio tomo de 608 páginas. Formato tapa dura, sin sobrecubiertas y con un papel mate adecuado para reproducir los colores de aquella época. Como extras se incluye un prólogo de Raimón Fonseca. En la parte final adjuntan una galería de portadas, arte de Sienkiewicz y otro artículo de Raimón Fonseca sobre la serie. Unos complementos geniales a un tomo imprescindible que debería estar, sí o sí, en vuestras estanterías 🙂

Marvel Gold. Los Nuevos Mutantes 2 – Fiesta de pijamas
Edita: Panini cómics
Editorial Original: Marvel Comics
Autor/es: Arthur Adams, Chris Claremont, Bill Sienkiewicz, Bob McLeod
Fecha de lanzamiento: 21 jul 2022
Páginas: 608 pags.
Tamaño: 17X26 cm.
Contiene: The New Mutants 18-34, Annual 1, Special Edition 1 y The Uncanny X-Men Annual 9 USA
Formato: Tapa Dura
Interior: Color
ISBN: 9788411019200
Precio: 54,00 €
Marvel Gold. Los Nuevos Mutantes 2
NUESTRA NOTA - 97%
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MASTERPIECE
Una etapa única, rompedora, innovadora, valiente, arriesgada, creativa y maravillosa. Sienkiewicz y Claremont en estado de gracia aupando a los bebes x hasta su techo. Si no conoces esta etapa, deberias remediarlo INMEDIATAMENTE.